Soy una señorita

Como Nicolae Ceaucescu no cobra salario alguno, todos sus gastos se pagan de dos cuentas secretas, pertenecientes al comité central del partido y la otra a la Securitate. En general, el partido paga el alojamiento y la Securitate todo aquello que pudiera considerarse relacionado con su seguridad, incluyendo la manutención y el vestuario. Las secciones de la Securitate determinaban y conseguían todo aquello que Ceaucescu pudiera considerar adecuado ponerse: sombreros cerrados, tipo fedora, para el despacho y gorros de estilo Lenin para visitar las fábricas; abrigos de tweed hechos a medida y chaquetas de invierno forradas, de estilo soviético; trajes de vestir de material británico importado y ropa para ir de caza, de estilo alemán; para los piés, calcetines de seda, zapatillas de ante, y zapatos Oxford de color negro y punta en forma de ala. Toda la ropa de Ceaucescu se introduce en bolsas de plástico transparente, selladas con aparatos eléctricos de alta frecuencia.

Luego se deposita en un almacén climatizado próximo a su residencia de Bucarest, donde la norma es tener existencias suficientes para todo un año: 365 trajes, 365 pares de zapatos, etcétera. Todo lo que ya se ha puesto una vez se marca con tinta de color, para no volverlo a utilizar por equivocación, y luego se quema en un horno.

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