A veces me pongo histérica

Cuando sale de viaje, su ropa usada se marca al final del día, como de costumbre, pero luego se guarda en baúles especiales para llevarla de nuevo a Bucarest a que la quemen. En 1974 se crearon secciones especiales de ropa femenina para Elena, que no tardó en tener también reservas para tres meses. Sin embargo, Elena se cansó de las extrictas normas de seguridad y empezó a hacer trampas añadiendo a sus ropas de confección rumana otro suministro importado de París y Londres. También hizo trampas al pedir que algunas de sus prendas favoritas no fuesen marcadas y quemadas.

En verano de 1978, su almacén de ropa era ya casi tres veces mayor que el de Ceaucescu. Durante muchos años, Nicolau Popa, ingeniero químico, se dedicó a proteger la ropa y la persona de Ceaucescu de cualquier contaminación química, radiactiva y bacteriológica. Sus tareas principales consistían en garantizar el transporte seguro del equipaje de Ceaucescu, desinfectarlo todo, instalar detectores de radiación por todas partes y efectuar análisis químicos de su comida, sirviéndose de un laboratorio portátil. Popa tenía también la responsabilidad de llevar toda la comida que Ceaucescu fuese a ingerir durante sus viajes, transportándola en frigoríficos especiales sellados.

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