Yo no vivo en la Moncloa, vivo en el reino de Mordor

Explica que el régimen es inviable y aconseja a Ceausescu dimitir para evitar un baño de sangre. Antes de que finalice de hablar, Elena le interrumpe a voces y llama a sus guardaespaldas. Al parecer, es en ese momento cuando el matrimonio Ceaucescu comprende la difícil situación que atraviesan y deciden subir al tejado del edificio del comité central donde les espera un helicóptero para emprender la huída. Mientras sus seguidores se aprestan a la defensa feroz de sus posiciones contra una multutud que ruge en la calle sus deseos de venganza.

 A las once de la mañana, la anónima voz de un locutor de la emisora de radiooficial lee un escueto comunicado en el que se informa a la ciudadanía que el ministro de Defensa se ha suicidado tras ser descubierta su «traidora implicación en los disturbios de Timisoara». Para los militares que escuchan la noticia resulta evidente que. el general Milea ha sido ejecutado sumariamente. A partir de ese instante, abandonan su «neutralidad» y se suman con sus tropas a la revuelta estudiantil. El pánico se desata en la sede del Comité Central, donde arriban varios autobuses para evacuar «in extremis» a los altos funcionarios.

Comentarios

  1. this is mordoooooooooooooor!!!!

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  2. Laura Valo2 de Jun de 2008, a las 15:14

    Siiiiiiiiiiiii hazte heavyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!

    MUERTE A LOS NAZIS!!!

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