La vida al revés

«Y, ¿si manda Enrique Ponce?», me pregunta malévolamente un espectador. Pues, mire usted, le respondo: depende del Ponce que quiera mandar, el Ponce brillantemente chapucero o el Ponce glorioso y perfecto. Porque en Ponce, ya queda dicho, hay dos toreros: el doctor Jeckill y mister Hyde; las virtudes y la perversidad. Y algunos que lo quieren perder están empeñados en que triunfe el menos auténtico y el menos interesante. «Y, ¿si manda Rincón?», insiste más malévolamente mi interlocutor.


Y yo le respondo que si César Rincón torea como toreó ayer en Valencia no podrá mandar ni en el patio de su casa. A Rincón le salvó la campana cuando los cabestros ya hacían puerta para llevarse al moribundo del Marqués. Naturalmente, ni Dámaso González, pese a su encomiable honradez, su famoso temple y su larga profesionalidad, ni Litri, pese a su entusiasmo y a sus ganas de renovarse, mandarán nunca. Litri tuvo el gesto orgulloso y torero de tirar a la arena la oreja que le concedieron tras escasa petición. Aplaudo este gesto y el último par de Monaguillo de Colombia.

Comentarios

  1. Un Jubileta03 abril, 2010

    Te estoy consintiendo demasiadas cosas

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  2. Pues a mi Rafa castillejos me parece muy sexi ok

    QUIEN ES RAFA DIMELO ????

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  3. jajajajajajaja

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