Sí pudiera vivir...

Rusia y Francia disputarán el sábado la final del Campeonato del Mundo. Rusia destrozó las esperanzas de Suecia al derrotarla por un concluyente 30-20, mientras que Francia se deshizo de Egipto por 19-16. Los herederos de la Unión Soviética y de la Comunidad de Estados Independientes buscarán el oro, tres años después de que Suecia les privara de lograrlo hace tres años en Checoslovaquia. La baja de Magnus Andersson fue un hándicap para los anfitriones que, no obstante, no pueden encontrar disculpa alguna ante tamaña exhibición del equipo del Este. 

Francia pasó bastantes apuros ante Egipto, que llegó al último minuto con igualdad en el marcador. Varias dudosas decisiones de los colegiados islandeses privaron a los africanos de dar la sorpresa. El balonmano galo mantiene así la excelente trayectoria de los últimos compromisos. Tras el bronce logrado en los Juegos Olímpicos de Barcelona, los franceses mantienen un crecimiento impensable en un país de escasísima tradición en este deporte. 

La seriedad de su preparación -llevan tres meses concentrados- es uno de los argumentos que explica su emergencia, dado que tampoco se trata de un conjunto plagado de talentos. La lucha por el bronce reunirá a Suecia y Suiza; por la quinta plaza jugarán España y Alemania; por la séptima, Islandia y la República Unificada Checo Eslovaca; por la novena, Dinamarca y Rumania y por la decimoprimera Egipto y Hungría. El partido por el noveno puesto tiene un atractivo añadido. Su vencedor se garantiza un lugar en Islandia'95.