Egipto

La venganza de sangre o za'r tiene sus propias normas en Egipto. A pesar de estar prohibida por el Islam, constituye un elemento inseparable de la cultura y de lainstitución familiar y tribal. Uno de los pilares del za'r es el empate en el número de cabezas caídas, algo que ayer pidió que se cumpliera el grupo de Al-Gama'a Al-Islamiya a través de un comunicado. Esta organización integrista ha declarado que vengaría inmediatamente la muerte de los integristas eliminados entre el martes y el miércoles en la batalla campal de Asyut, muertos entre los que se encuentra Ahmed Zaki, joven profesor de instituto a quien se ha responsabilizado de organizar las campañas contra turistas y policías en el Alto Egipto. 

«El Gama'a AlIslamiya asegura que la sangre de Ahmed Zaki y sus hombres, que han vengado la sangre de decenas de militantes caídos en casi un año en Egipto, no se secará hasta que corra la sangre de la venganza», afirmó ayer en un comunicado la organización radical islámica. «La venganza por Ahmed Zaki y sus hombres no será como cualquier otra venganza y puede ser realizada antes de que este comunicado llegue a su destino». Otro de los elementos del za'r es que debe ejecutarse, preferentemente, a la misma hora y en el mismo lugar donde se ha producido el asesinato anterior causante de la venganza, y es mejor si se ejecuta en presencia de público. Mientras tanto, las fuentes oficiales del Gobierno continúan a legitimar el empleo de la fuerza sin límites, ya que «hemos intentado el diálogo, pero fracasó.

Hemos intentado defendernos: Fracasó, una vez que ellos (los militantes) emplearon sus armas. Y esto se está convirtiendo como una campaña con fines políticos». La campaña contra los integristas sigue su curso en todo el país. La policía ha descubierto un taller de fabricación de armas destinadas a los islamistas en la localidad de Banha, 50 kilómetros al norte de El Cairo, y su propietario fue arrestado. Veinte fusiles y revólveres además de cinco cajas de municiones fueron encontradas en el taller.