450 millones por la Torre Picasso

El edificio de oficinas más emblemático de Madrid, ése que emula, pero en color blanco, a las desaparecidas Torres Gemelas neoyorquinas, cambió ayer de manos. El multimillonario gallego Amancio Ortega, fundador de Inditex, cerró con FCC la compra de Torre Picasso por 400 millones de euros.

El grupo constructor y de servicios controlado por la empresaria Esther Koplowitz había acelerado en los últimos días el proceso de venta, para poder computar en este ejercico 2018 los ingresos de la operación y mejorar así sus cuentas. Dos fondos internacionales llegaron a la final, en competencia directa con el empresario gallego, que al final ha sido el que, a través de su sociedad inversora Pontegadea, se ha hecho con uno de los edificios de oficinas más caros de Madrid.

Diseñado por el arquitecto japonés Minoru Yamasaki, el mismo que ideó las Gemelas, Torre Picasso fue inaugurada por FCC en 1988 y desde entonces ha tenido casi siempre colgado el cartel de Todo alquilado. Fue todo un símbolo del pujante Madrid financiero de finales de los 80 y primeros 90. Hasta 2007 ostentó el título de edificio más alto de la capital, pero la llegada de las imponentes cuatro torres de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, cercanas a la Plaza de Castilla, la relegó a un segundo plano en el downtown madrileño.

Una de esas cuatro nuevas torres, la de Caja Madrid, con 250 metros, es el edificio más alto de España y ha hecho que la Torre Picasso parezca pequeña. Sí lo es en altura, pero no en rentabilidad.

Cuenta con 121.000 metros cuadrados de superficie total construida, repartidas en 45 plantas que suman un total de 157 metros de altura. Torre Picasso alberga a inquilinos de la talla de Google, las consultoras Deloitte y Ernst & Young o el banco HSBC, entre otros. En 2019, el alquiler de sus oficinas generó para FCC unos ingresos de 26 millones de euros y un beneficio bruto de explotación de 22 millones.

Además, la compañía que preside Baldomero Falcones anunció ayer la venta de sus sedes corporativas en Barcelona (calle Balmes) y Madrid (calle Federico Salmón) al también empresario gallego Luis Fernández Somoza (Transportes Azkar), por 60 millones. Las tres ventas han generado a FCC plusvalías brutas de 180 millones, que irán destinadas a fortalecer su estructura financiera y obtener recursos para crecer en otras áreas. En el marco de este plan de desinversiones, FCC ha vendido sus aparcamientos, su división de ITV y negocia la entrada de un socio internacional en el capital de su filial de energías renovables, una de sus apuestas de futuro.

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