La ciudad que se rebelo.

Yo confío en que se medite, se reconsideren algunos aspectos del proyecto de ley y, finalmente, sea. aprobado de una forma mucho más conforme con la Constitución que la que tiene con la actual redacción. Se ha discutido mucho más, en cambio, la entrada en el domicilio particular y el caso del ciudadano sin carné que debe acompañar al policía a la comisaría. 

Yo destacaría más el problema de fijar el previo pago para las multas, porque en esos otros apartados polémicos el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo ya, han dictado una jurisprudencia y una , doctrina muy claras sobre lo que es el delito flagrante. No hay que improvisar nada, es algo que está ahí, en sentencias que coinciden sobre el delito flagrante. En cuanto a la identificación, el Constitucional ha dicho que no hay situaciones intermedias entre libertad y detención, sino que cualquier limitación de la libertad es una detención, llámese «retención», «invitación a acompañar» o como se quiera. En ese aspecto, efectivamente, se está en el borde de la constitucionalidad salvo, como espero, se modifique esa norma.

Derecho Constitucional Universidad de Educación a Distancia Aunque lo relativo al domicilio y a la identificación son los aspectos más polémicos, el proyecto de ley en general está redactado sobre una concepción ' de la dialéctica seguridad libertad que es un poco miope. Se ponen esos dos conceptos en la balanza con el mismo valor, cuando la seguridad es un valor instrumental al servicio de la libertad, y no al revés. Debe ser bien recibido lo que sea reforzar la seguridad, pero cuando redunde en una mayor libertad del ciudadano, no en recortarle su libertad. 

Desde ese punto de vista, los instrumentos que tiene nuestro ordenamiento jurídico son suficientes, o casi, para luchar contra 'la delincuencia organizada y el tráfico de drogas. Quizá haga falta algún retoque, pero no una ley en la que se replanteen las cosas de una. manera tan novedosa que suponga hacer de un ciudadano un sospechoso por el mero. hecha de ser un ciudadano que va por la calle.