El Liceu devolviendo operas canceladas

La opción escogida por el Teatre del Liceu para hacer frente a la caída de sus ingresos (reducción de las subvenciones, pero también disminución en los recursos propios de entradas y patrocinio) va a tener un coste elevado: van a tener que hacer frente a la devolución de las entradas que ya se habían vendido (más allá de no ingresar por las que se pudieran vender a partir de ahora). 

Las dos óperas, el programa de ballet, el recital y el concierto que el teatro ha decidido cancelar de su programación ya habían vendido más de 20.000 entradas (entre abonos y localidades adquiridas en taquilla), con un coste cercano a 1,5 millones de euros. Una importante cantidad que el teatro puede tener que devolver. El número de entradas más elevado de las ya vendidas por el Liceu corresponde a Pélleas et Mélisande, la ópera de Debussy, de la que ya se habían colocado más de 8.000 localidades (780 en taquilla, es decir, fuera de abono). 

Esta ocupación, cercana al 60%, le reportaba al teatro algo más de 640.000 euros entre las seis funciones programadas entre finales de junio y principios de julio (en el segundo periodo del ERE temporal).

Algo inferiores son los resultados que había conseguido el programa Zemlinsky (Una tragedia florentina / El enano), uno de los más arriesgados de la temporada. Había vendido ya cerca de 7.700 entradas (unas 600 fuera de abono), lo que reportaba unos ingresos de 600.000 euros, con una ocupación ligeramente inferior al 60%, en las seis funciones programadas durante el mes de abril. 

Evidentemente, cantidades inferiores son las que reportaba la visita de Los Ballets de Monte-Carlo, que en sus cuatro funciones programadas en abril -con un tercio de la ocupación ya vendida- no llega a los 150.000 euros de recaudación. Igual ocurre con los dos conciertos de L'altre Pélleas y el recital de Nina Stemme: aunque en los dos casos se supera ya la mitad del aforo vendido, entre ambos se habrían recaudado cerca de 150.000 euros. 

Pese a la importancia del monto que podría tener que llegar a devolver, ese 1,5 millones de euros, la dirección del teatro espera que finalmente sea una cifra inferior a la que tengan que hacer frente: para conseguirlo, además de devolver el dinero de las entradas, plantean a sus abonados distintas opciones que incluyen desde la donación del importe al Liceu a trasladar ese dinero al abono del curso 12-13 o disponer de un cheque regalo que se puede utilizar para comprar entradas. 

Pese a que la dirección del teatro justificó los periodos de ERE escogidos y los títulos suspendidos argumentando que eran los que menos entradas estaban vendiendo, llama la atención que la Aida programada en julio sólo ha vendido un tercio de las localidades de las siete funciones programadas durante la segunda mitad del mes de julio, un porcentaje de venta que sí descalabrará las previsiones presupuestarias.

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