La era Twiter

Es uno de los hombres que más sabe de medios de comunicación en el ámbito español. Economista de formación, ha sido consejero delegado del Grupo Zeta, consejero de Antena 3 TV, presidente de la Asociación de Editores de Diarios Españoles y fundador del diario ADN. Actualmente se dedica a la asesoría de empresas periodísticas y lleva un blog, Entre medios, que los profesionales del sector siguen como si del Oráculo de Delfos se tratara. Su nombre: José Sanclemente.

Ahora está dispuesto a contar de una tacada todo lo que sabe, pero lo hace con un sutil rodeo, el de la ficción. Sanclemente debuta en la novela con Tienes que contarlo (Roca Editorial), un thriller policiaco de ritmo envidiable y sin trucos fáciles -de esos que los lectores de novela negra más exigentes detectan de inmediato- que saca a la luz la cara menos amable y conocida de la prensa.

«Escribir me ha gustado siempre, formaba parte de mi horizonte, pero lo iba relegando», explica su sorpresivo debut. La idea «era hacer un libro de ensayo», confiesa, con el que dar cuenta de la actual crisis de los periódicos en papel en España y en el extranjero. Pero al novelista le salió el cruce cuando se pensó en el lector: «Quería llegar a alguien más que a los cuatro colegas del sector y para eso necesitaba una historia».

La trama se le ocurrió en Nueva York, escenario donde el puzzle de Tienes que contarlo se empieza a ordenar, pese a que la novela esté ambientada en Barcelona. El veterano periodista de Economía Belarmino Suárez es asesinado con especial ensañamiento. Corresponsal en EEUU durante años, Suárez es una de las plumas más reputadas de El Universal. Su muerte coincide con las tentativas de compra del rotativo, al borde de la quiebra a pesar de pertenecer al mayor grupo de comunicación español, por parte de un fondo de inversión. Alguien ha silenciado al periodista para que no cuente lo que sabe, y quienes se ocuparán de desvelar el trasfondo del crimen serán el inspector Julián Ortega y la intuitiva cronista de sucesos de El Universal Leire Castelló que trabajarán codo con codo. Y un poco más allá.

«Necesitaba que Leire fuera una periodista íntegra, dispuesta a llegar hasta el final y a contarlo todo, a pesar de estar quemada por los recortes de plantilla y de presupuesto», señala Sanclemente. Y con respecto al sabueso, otro tanto: «No cree en los métodos de la ciencia, pero está obsesionado con la verdad». Lo curioso es que «a medida que avanza la investigación se cruzan los papeles»: la reportera hará de sabueso, y el policía formulará las preguntas incómodas.

El repaso que hace Sanclemente de los males que están acabando con la prensa va más allá de los recortes y de la falta de presupuesto. Abarca desde las presiones políticas o económicas de los grandes grupos a «la comodidad de montarse a la ola informativa de la agenda» y la falta de criterio de dar por buena «la intoxicación informativa». «Lo que más me preocupa es la autocensura del periodista», dice en relación a la inseguridad laboral.

Pero la verdadera batalla es con las redes sociales. «La función del periodismo ya no es contar noticias, sino contar historias y contrastar fuentes, algo que no hace Twitter», advierte Sanclemente. Y en esa tensión se resuelve el nudo de su novela. Pese a todo sigo creyendo en el periodismo. El buen periodismo nos hace más libres y mejores personas», parafraseando al gran Ryszard Kapuscinski.

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