Los médicos nos han engañado

El martes se celebró el Día contra el Cáncer de Mama, una fecha que tiene un especial sentido para la cantante Marta Sánchez. Su hermana melliza Paz falleció hace ya seis años a causa de esta enfermedad y, desde entonces, se ha tomado la lucha contra este mal como «una obligación». Por ello, participó en un acto a pie de calle promovido por Ausonia y la Sociedad contra el Cáncer para animar a las mujeres a que no dejen pasar un año sin hacerse una mamografía. «Tenga la agenda que tenga, cada julio me tomo una semana para visitar a mi ginecólogo», explicó a la prensa y viandantes.

Aprovechó la ocasión para hablar con la concienciada diva, que se muestra muy optimista sobre la enfermedad. «Mi hermana no tuvo suerte. Afortudamante, hoy los estudios oncológicos han avanzado muchísimo y nos lo ponen mucho más fácil». Aunque haya pasado el tiempo, a la cantante aún le tiembla la voz cuando recuerda lo que vivió junto a ella. «Fue durísimo. Tres años terribles en los que todo iba a peor. A quienes tengan a un familiar en una situación similar les aconsejaría que hasta el último momento no pierdan la esperanza... pero, si hay una metástasis importante, lo mejor es dejar al enfermo en paz. A nosotros los médicos nos engañaron. Te dicen que se va a curar, que hay esperanzas, pero... Prefiero no hablar mucho del tema».

Aquel período coincidió con los primeros años de la pequeña Paula, que se convirtió en su pilar. «Me aferré fuerte a ella y a la profesión. Ver la entereza de mi madre también fue todo un ejemplo para mí».

Afortunadamente, hoy su vida tiene poco que ver con aquella dura etapa. Empezando por su situación sentimental. En proceso de divorcio de Jesús Cabanas, es feliz junto al economista Hugo Castejón, aunque aún es pronto para pensar en irse a vivir juntos, tal y como se ha especulado. «Estamos muy bien, pero todo está empezando todavía».

Sobre el que fuera su marido durante casi ocho años, ahora emparejado con Eva Zaldívar, también prefiere guardar silencio. «Yo sólo hablo de mi vida privada, no de la de los demás. En cualquier caso, los dos somos gente civilizada».

Algo muy conveniente cuando se tiene una hija en común. Paula sigue siendo el refugio de Marta. Aunque, a veces, combinar su apretada agenda laboral (está a punto de publicar un disco de duetos) con la maternidad la deja agotada. «Le gustan todos los juegos de mucha energía, es muy hiperactiva, a mí me hubiera gustado que fuera más tranquilita pero no hay manera. Ojalá que le gustara jugar con las muñecas, que es algo más femenino y que te prepara para que te gusten los niños y los bebés».

A su buena racha laboral y sentimental se suma una sentencia del Tribunal Supremo que obliga a Ediciones Zeta a pagarle más de 300.000 euros por un posado desnudo que realizó para Interviú en 1991. «Hace 19 años de aquello. Yo esperaba la noticia porque ya me dieron dos veces la razón en dos juicios. Lo recurrieron y volví a ganar, así que ya me sentía triunfadora. Han sido muchos años de lucha contra un publicación que faltó completamente a las reglas del contrato. Aparte del daño moral que me causó».

Hoy en día podría volver a posar si quisiera ya que se cuida mucho: dos días a la semana va al gimnasio, sube los peldaños de las escaleras de su casa de dos en dos, evita coger el coche para desplazamientos cortos, sigue una dieta mediterránea... «Son ejercicios sencillos y saludables». Algo que, como bien sabe ella, al final, es lo más importante.

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