Y dejando a un lado los convencionalismos

El enfoque fotográfico de Cidadano Kane fue planificado y pensado desde mucho antes de que se pusiera en marcha la primera cámara. Eso tampoco es nada convencional en Hollywood, donde la mayor parte de los directores de fotografía no se enteran de cuáles van a ser sus próximos trabajos hasta días antes de que deba dar comienzo el rodaje. 

En total, estuve trabajando en la película medio año, contando el tiempo empleado en hacer los preparativos y el rodaje en sí. Aunque era el primer trabajo que Welles realizaba en el cine, puso manos a la obra con una rara visión y comprensión de la finalidad y la dirección de la cámara.

Tenía la idea de que la técnica utilizada en el rodaje nunca tendría que resultarle evidente al público. Quería evitar los convencionalismos establecidos de Hollywood, la mayor parte de los cuales son aceptados por el público debido a la gran frecuencia con que se utilizan.

Y ese uso frecuente de los convencionalismos viene dictado por las presiones del tiempo y por lo reacios que son los profesionales a desviarse de lo aceptado. Por poner un ejemplo, la profundidad de campo se sacrifica casi siempre en las producciones de Hollywood. El ojo humano normal ve con claridad y precisión todo aquello que tiene delante a una distancia razonable. En la realidad no existe ningún centro especial o único de agudeza visual. Sin embargo, las cámaras de Hollywood enfocan un centro de interés y dejan que los demás elementos de la escena desaparezcan, distorsionados, en las zonas situadas delante y más allá del punto focal. Conseguir un enfoque aproximado al del ojo humano fue una de nuestras preocupaciones fundamentales en Ciudadano Kane.

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