Aznar y su Prometeo

Pega ya el tironazo, Aznar, muchacho, desembarranca la carreta Fraga, el carretón de bueyes viejos y desvencijados: un buey Donoso Cortés, el otro Vázquez de Mella, si lo prefieres, tío, un buey el fragafranquismo, otro buey el patrioterismo. Venga, Aznar, con carros y carretas, que tú eres garzón de popelín y fundamento, venga y a ello, que España te necesita, la derecha te necesita, la democracia te necesita y necesita Felipe González un interlocutor válido que cambie ya de rollo: el precio de los garbanzos. Tira de la derecha garbancera, escapa del pelotón, Aznar, palabra, con tu brío autonómico, tu guapeza provinciana y tu alma de popelín. Venga, vale ya, con el tema de los quinientos mil millones, o los que sean, para repartir entre los parados de España a la salida de misa. Quinientos mil o los que sean, qué importa un cero más o menos, todos son ceros a la izquierda en la campaña política.

No seas un cero a la izquierda de Fraga, Aznar, garzón, desembarranca la diligencia y los bueyes, engrasa los ejes de tu carreta, que Fraga no te llame «abandonao», que está muy abandonada la derecha últimamente, a falta de un programa y un doncel, metida en las roderas de una oposición canovista, oficial y malpagá, hasta al coleguilla Piñeiro le llaman la bien pagó por lo que va sacando de unos y otros a cambio de nada, así anda el mundo, fallando y fallando, siglo veinte, cambalache, pero tú eres de provincias (perdón, Autonomías, joven), traes la conciencia lozana de la provincia, más que el fije cacique de los «burgos podridos», a la cornamusa y el navajeo de la política nacional. Ya probamos con Mancha, probamos con Verstrynge, los niños clónicos y tardíos de Fraga, porque la derecha histórica necesita rejuvenecerse, un toque light, o sea, pero nos salieron críticos, nómadas, respondones o mal educados.

Mancha hasta se metía los dedos en la nariz delante de don Manuel, por molestar (y por realizarse), pero tú te has venido, mozo, de la España profunda, con la señora y los niños y hasta el osito de peluche, que también vota y crea imagen, o sea que eres el piso/piloto de la familia española de toda la vida y a partir de tan solvente lámina puedes pegar el estirón, hombre, que Madrid no se come a nadie, eres tú el que se tiene que comer Madrid, ya me ves a mí, inmortalizado por el Espasa y todavía moviendo la cintura en los periódicos. Pega ya el tironazo, Aznar, José María, oyes, te lo digo por el bien de la izquierda, aquí necesitamos un ten con ten, y la paleoderecha nacional, cuando no saca papeletas, se cabrea con la democracia, tira del cinturón y empeiza a cintarazos con los rojos.

Tú prometes, coleguilla, tú vas de alumno serio de los maristas o así, o de las Escuelas Pías, ése que encima mete goles en el recreo, pero ya habrás reparado en una cosa de nada: que tu enemigo no está en la izquierda, joven, sino en lo que tienes detrás, el carretón Fraga que te decía, «la lentitud de los bueyes» que dice Llamazares. A diferencia de los otros candidatos, tú arrastras un pasado «bogascoso», tal y como decía María Félix, seguro que ni recordarla, tú tan joven, el cine pasa pronto, quiero decir que en estas elecciones eres un Sísifo de provincias que sube y baja una pesada carga, y eso tiene más mérito, ya ves.

Prometeo mal encadenado y nada gideano, pero encadenado al fin por tus ancestros, tus padres procesales y tus bueyes intelectuales. Pega ya el arrancón, Aznar, bigotes, salva el partido atollado, el carretón galaico, desunce los bueyes viejos y papalicios, practica una hecatombe en la cuneta (ya sabes que «hecatombe» es sacrificio de cien bueyes, en griego), el donoso buey Donoso (que es nombre de buey) Cortés, el enjuto y taimado buey Vázquez de Mella, el cansino y galaico buey Fraga, engrasa los ejes de tu derecha, que Mario Conde y don Marcelo González no te llamen «abandonao». Tienes que ser, Aznar, el gaucho pampero y boleador de una derecha que cabalgue y que aún tiene por escribir su «Martín Fierro».

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