La huída de Emilio Hellín

La justicia paraguaya concedió ayer la extradición a España del ultraderechista Emilio Hellín Moro, condenado por el asesinato de la militante del Partido Socialista de los Trabajadores, Yolanda González, y detenido en Paraguay el pasado día 6 de agosto. Hellín Moro huyó de España en 1987, aprovechando un permiso de salida de la cárcel de Zamora, donde cumplía la condena de 43 años que le fue impuesta. Refugiado en Paraguay tras su fuga, Hellín se estableció en este país sudamericano con su familia. Su detención se produjo en Puerto Falcón, una localidad situada en la frontera con Argentina, en cumplimiento de la demanda de extradición presentada por las autoridades españolas a instancias de la Audiencia Nacional.

El juez de primera instancia de lo criminal, Luis María Benítez Riera, encargado de la causa, manifestó a Efe que la demanda española se ajusta a los requisitos contemplados por el tratado de extradición hispano-paraguayo de 1919 y al procedimiento penal actualmente en vigor.

Contra la sentencia, cabe recurso de apelación en segunda instancia, fallo judicial éste que será firme, aunque pueden presentarse planteamientos posteriores de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema de Justicia. Natural de la provincia de Badajoz e hijo de un guardia civil, Emilio Hellín Moro es graduado en Ingeniería Electrónica. En 1978 se afilió al partido ultraderechista Fuerza Nueva, donde se integró en el llamado «Comando 41», que actuaba a las órdenes de David Martínez Loza, jefe de seguridad del partido de Blas Pifiar. Hellín fue detenido en febrero de 1980, tras asesinar a tiros el día 2 de ese mismo mes a la joven estudiante Yolanda González, militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST).

En agosto de ese mismo año se fugó de la cárcel de Alcalá de Henares (Madrid) y fue detenido a las pocas horas, ingresando en la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), en la que estuvo recluido durante algún tiempo hasta que fue nuevamente fue trasladado a la de Cartagena (Murcia), donde protagonizó otro intento de fuga. Emilio Hellín fue condenado, junto con Ignacio Abad, coautor de esa muerte, a treinta años de prisión mayor por el asesinato de Yolanda González y a otros trece años por tenencia de explosivos.

En enero de 1986, cuando se encontraba en la prisión de Zamora, el juez de vigilancia penitenciaria de Valladolid, Jose Donato Andrés Pérez, le concedió un permiso de salida de cinco días, que aprovechó para fugarse de España a Portugal, desde donde pasó a Brasil y posteriormente a Paraguay. El pasado mes de marzo el Partido Socialista de los Trabajadores y el abogado que ejerce la acusación particular en nombre de la familia, José Mariano Benítez de Lugo, llevaron a cabo una campaña de recogida de firmas para solicitar la extradición de Hellín, quien en esos momentos se encontraba en paradero desconocido. Hellín se había establecido en Asunción donde, gracias a la ayuda de algunos miembros del régimen de Strossner, entre ellos José Eugenio Jacquet, empezó a trabajar en un puesto de confianza en el servicio técnico de informatización de la Cooperativa Militar. En 1988 se hizo con el control de la empresa de Computadoras y Accesorias SRL, de Asunción, y en septiembre de ese mismo alío se convirtió en su único propietario.

Tras su detención, el ultraderechista Emilio Hellín Moro declaró que era perseguido en España por razones políticas y negó ser el autor del crimen de la joven de 20 años Yolanda González. Por su parte, los padres de Yolanda González anunciaron ayer que presentarán una querella por calumnias contra Hellín. El ultra había declarado en Paraguay que descubrió armas debajo de la cama de su hija.

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