La Factoría Disney con más producciones que nunca

John Lasseter entra en escena como sólo él sabe hacerlo. Camisa hawaiana, pantalones vaqueros y una barriga que (hay quien dice) dan ganas de abrazar. «Excited» es la primera palabra que sale de su boca. ¿Será posible? En realidad, el hombre se limita a decir que está «emocionado». Pero, para un traductor apresurado, y teniendo en cuenta que hablamos de dibujos animados, suena mal, la verdad.

El director creativo de Disney y Pixar (y, en consecuencia uno de los más poderosos de Hollywood) se encontraba «excitado» (perdón, emocionado) por presentar ante la prensa mundial (lo hizo el pasado 8 de abril en Nueva York) los 10 nuevos proyectos que le ocuparán los siguientes cinco años. El resultado es, sin ánimo de ofender, sencillamente excitante. Desde el estreno inminente de WALL.E a la recuperación (¡después de dos décadas!) de la animación en dos dimensiones, la de toda la vida, la factoría de dibujos animados más célebre del planeta parece en plena forma tras una larga serie de fracasos encadenados (¿alguien se acuerda de Zafarrancho en el rancho?). Y su salvador viste una camisa imposible y se encuentra, suyo es el adjetivo, «excited».
Tiene motivos. Cuando en enero de 2006 Disney compró Pixar a Steven P. Jobs (sí, el creador de Apple y del iPod) por 7.400 millones de dólares, no sólo se dio por zanjada la guerra entre las dos compañías de animación más importantes del planeta, de paso los herederos del ratón Mickey señalaban el camino que iba a seguir la animación a partir de ahora. El reconocimiento urbi et orbi de la superioridad artística de Pixar dejaba a Jobs una plusvalía nada desdeñable: en 1986 adquirió la división de gráficos de Lucasfilm (ése era su anterior propietario) por 10 millones (los dibujos no son sólo asunto de niños). ¿Qué pasó en esas dos décadas? Cuestión de números: mientras Pixar, en el tiempo que va de Toy story (1995) a Los increíbles (2004), consiguió 19 Oscar (e incluso la candidatura a mejor guión a Brad Bird) y recaudó cerca de 3.000 millones de dólares en todo el mundo; Disney olvidó su último éxito (El rey león, 1994). Una vez cerrado el trato, John Lasseter, el de la camisa imposible, era elevado a jefe de la división de animación tanto de Disney como de Pixar, que mantenía (y mantiene) nombre.

Lo primero en llegar a las pantallas será WALL.E (en junio). «No interesa tanto la tecnología. Lo importante es que se trata de una sencilla historia de amor... entre robots», comenta su director Andrew Stanton. El responsable de Buscando a Nemo propone ahora una de las cintas más arriesgadas que ha dado la animación: en un paisaje apocalíptico un extraño androide se enamora de un/una extraterrestre. Los diálogos se reducen a extraños ruiditos diseñados por el responsable de los sonidos de La guerra de las galaxias, Ben Burtt, y, esta vez, el hiperrealismo de las imágenes desconcierta. Los fondos podrían pasar por el decorado de Terremoto. ¿Para niños?

Del resto de los nueve proyectos presentados, destacan Up, previsto para mayo de 2009; The princess and the frog (La princesda y la rana), el regreso a la animación clásica y que se podrá ver a finales del 2009, y The king of the Elves (El rey de los elfos), basada en un relato corto de Philip K. Dick, y que llegará en 2012.

En la primera de ellas, Pete Docter (Monstruos S.A.) promete una «coming-of-old-age» historia (palabra de director). Es decir, un relato alrededor de los cambios asociados al crecimiento hasta más allá de lo razonable: la vejez. Up se anunció como una versión de El Quijote y, aunque poco, algo hay. Un jubilado y un torpe boy-scout recorren el mundo en una casa que vuela. Suena extraño y, en realidad, es delirante.

La segunda de ellas es el más vivo ejemplo de lo declarado por Lasseter: «Para muchos de los componemos Pixar, la magia de Disney es el motivo por el que nos dedicamos a este oficio». The princess and the frog aúna los talentos de Ron Clemens y John Musker (creadores de Aladdin) y al mítico Randy Newman (ganador del Oscar por la canción I didn't have you, de Monster Inc. y 16 veces nominado). La película, que se verá en diciembre de 2009, es una auténtica tesis doctoral sobre la música de Nueva Orleans. Y, a lápiz y papel, nada de ordenadores.

Por lo demás, una nueva entrega de Toy story (y van tres), otra más de Cars (la segunda) y la adaptación del cuento clásico Rapunzel suponen las apuestas seguras. Entre las nuevas creaciones Newt, una cinta para el verano de 2011 sobre un lagarto con aficiones por los laboratorios que recuerda a Ratatouille; The bear and the bow, la historia de una valiente princesa escocesa a años luz de La sirenita, y Bolt, la cinta que va después de WALL.E y que, en el polo opuesto, va dedicada a la muchachada. En la línea de Los increíbles, el título es el nombre de un perro casi superhéroe. Pero, el gancho para su público es la voz de la protagonista: Miley Cyrus (Hanna Montana).

Desde su primer corto a hoy han pasado ocho largometrajes firmados por Pixar y cerca de 4.500 millones de dólares en taquilla. «Excited».

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