Las estrellazas y su toque de glamour

En cine, el concepto de «raccord» viene a expresar la necesidad de que una película guarde su lógica interna tanto en el fondo como en la forma. También en un festival de cine el 'raccord' es importante: que el público y los periodistas vean buenas películas y en buenas condiciones, que las estrellazas aporten la conveniente dosis de 'glamour' y que, en definitiva, todo o casi todo quede circunscrito a eso: al cine.

Pero este no es el caso. El Festival de San Sebastián no encuentra su 'raccord' y, por desgracia y por la idiotez de algunos, aquí se habla estos días de política y de conflictos laborales más que de cine.

Al equipo que lidera Mikel Olaciregui -hasta la fecha todo un modelo de gestión, y así de bien le va al festival- le han crecido los enanos. Por lo menos, tres enanos. Uno se llama 'La pelota vasca' y es una película; otro se llama Chazz Palminteri y es un actor y otro se llama ELA y es un sindicato.

La de ayer fue, sin duda, una jornada tristemente histórica en los 51 años de vida del festival, porque el bar del hotel María Cristina -uno de los epicentros del certamen- estaba desierto, porque lo estrictamente cinematográfico pasó a segundo plano y porque esto no tiene pinta de arreglarse.

La pelotera orquestada en torno a lo que algunos consideran 'acto de terrorismo' de Julio Medem ya queda reseñada en las páginas de política nacional, que es donde van las peloteras. Según eso, la pelotera montada por los trabajadores del hotel María Cristina afiliados al sindicato ELA-STV, cercano al PNV, podía ir en las páginas de Economía, pero finalmente va en las de Cultura: y lo cierto es que hasta la reseña de la película inaugural de ayer, la cubana 'Suite Habana', podía ir en las de política, porque es sabido que todo es política, pero va en las de Cultura también. Igual que el impresentable esquinazo de Chazz Palminteri a los responsables del Festival, anunciándoles educada pero cínicamente que ha preferido quedarse en su país a rodar una película que asumir el compromiso de presidir el jurado oficial de San Sebastián.

Durante toda la jornada de ayer, los huelguistas del María Cristina plantaron guardia ante la puerta del hotel. A mediodía, cuando las dos primeras estrellas invitadas -Charlize Theron y Mark Wahlberg- llegaron a las inmediaciones, el propio director del festival, tuvo que salir a recibirlos y se los llevó para adentro casi en volandas.

Ambos, que han venido a San Sebastián para presentar 'The Italian Job', decidieron quedarse en el hotel. ¿Veremos a la explosiva actriz haciéndose la cama? «No, el hotel ha dispuesto una infraestructura mínima para atender a los huéspedes», dijo Olaciregui.

A pocos metros, los huelguistas iniciaron una sonora cacerolada, con varias unidades de la ertzaintza montando guardia. El festival ha perdido el «raccord»... y se ha vuelto loco.

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