Lady Gaga la reina de la extravagancia

Nada le faltaba por mostrar salvo su parte más íntima. Y a la tentación ha cedido en una nueva pose para la enésima revista que se interesa por sus huesos, los de Stefani Joanne Angelina Germanotta, más conocida en tres cuartas partes del planeta como Lady Gaga. Claro que lo ha hecho en su línea, tirando de provocación, con esa mezcla de mamarrachismo y decadencia tan clásica en la cantante neoyorquina, un fenómeno de masas pese a todo –o precisamente por eso– y que ahora está imitando con mucha fidelidad la joven Miley Cyrus.

El caso es que Lady Gaga se ha decantado por una publicación que celebra y aplaude el travestismo y la transexualidad, Candy, una revista en manos del español Luis Venegas, editor creativo y director de los siete números que han visto la luz hasta ahora con una edición limitada a 1.500 copias. Ninguna de ellas ha pasado desapercibida, con "un estilo transversal" que ya ha puesto en el disparadero a personajes como James Franco, Chloe Sevigny y Andrej Pejic. La de la actriz británica Tilda Swinton causó furor por el maquillaje excepcional con que la fotografiaron, casi irreconocible de no ser por el titular debajo de la imagen. En este número, acompaña a Gaga el también provocador Marilyn Manson, fotografiado igualmente por Steve Klein.


También causó polémica la portada dedicada a la primera dama estadounidense. Venegas recurrió a una mujer transgénero afroamericana imitando la pose y el peinado de la mujer de Obama, con la mano sobre la Constitución y una bandera americana. "Me gusta esa portada de forma especial", dijo Venegas en su momento. "Recuerdo cuando en 2007 los candidatos demócratas quedaron reducidos a dos estereotipos controvertidos, un hombre negro y una mujer, y pensé que cuándo sería el momento de acabar con los arcaicos muros de la Casa Blanca y elegir a una mujer transexual".

Ahora le ha tocado el turno a Lady Gaga, la diva por excelencia en el panorama musical actual, una cantante que ya ha mostrado su apoyo al colectivo gay en anteriores ocasiones a través de las redes sociales. Pero con Candy ha ido un paso más allá en su larga concatenación de desnudos, posando con un pecho al aire, cubierta con un escorpión para proteger el pezón –por cuestiones estéticas y no púdicas, se entiende–, con un prominente bigote recordando a Dalí, la mirada perdida y el gesto a lo Norma Desmond, de grandeza y hastío. Y más abajo, la entrepierna al descubierto y un abrigo de pieles envolviendo su cuerpo levemente. Una oda a la ambigüedad sexual. Un poema.

Nunca fue una mujer retraída la responsable de éxitos como Poker Face o Born This Way, siempre explícita en su forma de vestir y en sus declaraciones, sin pelos en la lengua. Hace sólo unos días reconoció que estuvo muy enganchada a la marihuana, con una media de 15 porros diarios y ninguna intención de dejar el vicio.

Fue su amiga y artista Marina Abramovic la que consiguió que lo dejara, llevándosela tres días a su casa y recluyéndola sin televisión, ni droga, "alimentada a base de arte". Gracias a esa terapia ha logrado que los canutos formen parte de su vida sólo una vez al día, para dormir.

Mientras, está metida de lleno en la promoción de su nuevo disco Artpop, que contará con una gira por todo el mundo, según anunció el martes. Será su regreso a los escenarios después de su operación de cadera que le obligó a cancelar parte del tour de Born This Way, su anterior trabajo. Con ese disco vendió considerablemente más que con Artpop, que no ha terminado de calar entre su público más fiel.

En su primera semana de lanzamiento alcanzó las 249.846 copias vendidas, con un descenso del 86% en los siguientes siete días y muy por debajo de su media habitual. Tanto Miley Cyrus como Kate Perry lograron superarla con sus respectivos discos, destronada de su habitual pedestal en esa categoría. Puede que los desnudos contribuyan a recuperar el terreno perdido.

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