Ursula Andress en biquini

Un escueto biquini blanco da la medida del deseo. Surgiendo de las aguas caribeñas cual Venus fatal, Ursula Andress deviene en objeto sexual generacional merced a James Bond contra Dr. 

No (filme británico de 1962, aunque fue su estreno estadounidense, en 1963, el que marcó la diferencia). Es época de curvas rotundas, como las de Ann-Margret, tan tórrida en Un beso para Birdie que la revista Life la lleva a su portada y la Casa Blanca la requiere para cantarle Cumpleaños feliz a JFK como un año antes lo hiciera Marilyn Monroe, pero también de bellezas glaciares, como la británica Julie Christie (vía Billy, el embustero), réplica cinematográfica de la modelo del año, su paisana Jean La gamba Shrimpton. 

A medio camino entre una y otras, la joven actriz Jennifer Lawrence (abajo) se acaba de alzar con el título de la mujer más deseada de 2018 según los usuarios del portal AskMen.


Si, en términos atléticos, 2018 arrastra una resaca olímpica, 1963 la tuvo mundialista. La Copa del Mundo del año anterior, celebrada en Chile, entronizó a la selección brasileña como la mejor del planeta por segunda vez y, con ella, coronó al Rey Pelé (arriba). 

El que para muchos sigue siendo el mejor futbolista de todos los tiempos tiene hoy su reflejo en paisanos superstar como Neymar, fichaje estelar del Barcelona que ha debutado con la camiseta azulgrana en la presente Liga y, para algunos, el deportista del momento en franca competencia con ases de distintas disciplinas del alcance de Rafa Nadal (tenis), Sebastian Vettel (Fórmula 1) o LeBron James (baloncesto), aunque el gran icono que no se baja del podio olímpico logrado en Londres es el jamaicano Usain Bolt (abajo), oficialmente, el tipo más rápido nunca visto en la pista.

En su octavo año de escalada belicista, la guerra de Vietnam le estalla en las narices al Gobierno estadounidense, que entre 1962 y 1963 había aumentado hasta tres veces el número de sus contigentes armados en la zona: el 3 de enero, el Viet Cong conseguía su primera gran victoria en la batalla de Ap Bac. 

La sangrienta persecución budista de las tropas vietnamitas da como resultado una de las imágenes más terribles de la época (captada en Saigón por el fotorreportero Malcolm Browne): el suicidio a lo bonzo del monje Thich Quang Duc (arriba). El fantasma de aquel conflicto volvía a sentirse el pasado mes de agosto, cuando el presidente Barack Obama anunció su intención de intervenir militarmente en la guerra civil siria ante las sospechas de un ataque con armas químicas del regimen de Bachar el Asad (abajo).

En el año del "I have a dream", una rusa, Valentina Tereshkova, hacía suyo al fin el sueño espacial de la mujer. Es el momento del auge de los movimientos pro derechos civiles y de las revueltas sociales, mientras comienzan a salir a la luz escándalos políticos como el del caso Profumo (un affaire de espionaje soviético y sexo de pago en Gran Bretaña). 

¿Les suena todo eso? Pues aquí va la coincidencia definitiva: el 21 de junio de 1963, Pablo VI (arriba) se convertía en el papa número 262 al suceder a Juan XXIII, trayendo vientos de cambio a la Iglesia Católica (que se confirmaron a los pocos días de comenzar su pontificado con el Concilio Vaticano II). Dialogante y tolerante, se presentaba con una humildad como no se había vuelto a ver hasta la irrupción, el 13 de marzo de 2013, del argentino Jorge Bergoglio como papa Francisco (abajo).

¿Las sombras de Grey? Ríanse ustedes del porno para mamás que azota tiempo ha las listas de best sellers actuales si lo comparamos con Fanny Hill, emblema de las letras rijosas británicas desde 1748. La novela (aquí con el subtítulo Memorias de una cortesana) puso a los estadounidenses patas arriba aquel 1963, cuando Putman decidió publicarla oficialmente y batallar en un juzgado para que se le levantara la prohibición por obscena. 

Ese año también publicaron, entre otros grandes, Pearl S. Buck, Primo Levi, Thomas Pynchon, Kurt Vonnegut, Simone de Beauvoir y la poetisa Sylvia Plath (arriba), que se suicidaría tras la edición de su única novela, La campana de cristal. En esta época de kindles y de e-books, tenemos a luminarias como Gillian Flynn, Sylvia Day o Dan Brown (abajo). Menos mal que ha vuelto Stephen King...

De la indefinición en blanco y negro a la puntillosa HD y 3D tampoco va tanto. Hace 50 años, las teleseries ya eran carne de culto contumaz: Bonanza (arriba), aquella suerte de Dinastía en clave western, triunfaba en su cuarta temporada tanto en España como en EEUU, donde ese año echaron a rodar mitos catódicos como Hospital General (¡aún en activo!) y El fugitivo, mientras Gran Bretaña ya copaba audiencias con El Santo y estrenaba su propio hito, Dr. Who (que sigue y sigue cambiando el rostro de su protagonista). 

Que las historias de espías chutaban tanto ayer como hoy lo demuestran la clásica Los vengadores (en clave de parodia y con flema británica) y la muy actual Homeland (abajo), que también va para delirio. Curioso: el programa que entonces cautivaba a los españoles era Salto a la fama, talent show seminal al que da réplica La Voz en nuestros días.

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