A Edurne le gusta comer a base de bien

¿Qué tienen de especial unos simples huevos rotos?

Me gustan por su sencillez y porque su sabor es fantástico. En lo primero en lo que me fijo cuando como en un restaurante es en si tienen huevos rotos. Son un valor seguro.

Y cuando está en casa, ¿qué le gusta comer?

¿Además de tortilla de patata y de huevos rotos? Ja, ja, ja. Me gustan los platos de cuchara, los que hace mi madre. Me encantan las lentejas, el cocido, las judías pintas...

¿Hay algún sabor de la infancia que no haya olvidado?

Los bocadillos de salchichas con ketchup... Todavía hoy me los preparo.

¿La posibilidad de viajar por trabajo le ha vuelto más abierta en sus gustos gastronómicos?

Aunque soy bastante especialita, siempre pruebo las cosas por si algo me sorprende.

Dígame un descubrimiento digno de mención.

En Manchester probé edamame, judías de soja. Me parecían rarísimas, pero fue empezar y no podía parar. Ahora estoy investigando para ver dónde las puedo encontrar en Madrid. Son como las pipas.

En su nuevo disco, grabado en Londres, canta en inglés.


Sí, hay canciones en inglés y otras en español, que no lo quiero dejar porque es mi idioma, mi tierra. Pero también busco evolucionar y poder llegar a más sitios, y el inglés es la lengua universal.

¿Qué otros pasos adelante hay en Clímax?

He recuperado la esencia más rockera de banda y batería. Y soy más cañera a la hora de cantar, es como más disfruto en el escenario.

¿A qué personas que no conozca le gustaría invitar a cenar?

A Pink y Beyoncé. Para mí ese trío sería perfecto.

¿Qué cosas le amargan?

La falsedad, la hipocresía y la mentira.

¿Y qué asuntos le resultan incomestibles?

La desnutrición infantil. Me parece horrible que haya niños que se mueran de hambre.

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