Daniel Craig la perfección griega

A pesar de haber nacido en Londres, se define como un híbrido: «Mi padre es húngaro y mi madre austriaca-italiana, así que en realidad no tengo sangre británica», dice Rachel Weisz. 

A esa retahíla de nacionalidades se podría sumar la griega, porque desde el año 2009, cuando se estrenó Agora, es imposible pensar en esta actriz sin recordar a Hipatia, la matemática a quien encarnaba en la película. «Me encantó trabajar con Alejandro Amenábar [director de Ágora]. 

Es firme y contundente, pero también tiene mucha humanidad», explica la intérprete. «Me encantaría volver a rodar con él de nuevo; espero que tengamos la suerte de hacerlo.» Hoy, la senda profesional de Rachel Weisz se dirige por otros derroteros: acaba de grabar Dream House, compartiendo protagonismo con Daniel Craig y Naomi Watts. También la veremos próximamente en las cintas The Deep Blue Sea (dirigida por Terrence Davies) y Page 8 (David Hare). 


Además, la actriz acaba de sumar otro hito a su currículo: es la nueva embajadora de L'Oréal Paris, marca a la que ella misma se refiere como la «clásica casa de la belleza». «¡Espero hacer justicia al eslogan!», bromea en referencia al famoso Porque yo lo valgo.

Desde la firma se deshacen en elogios hacia su recién estrenado fichaje. «Es una mujer apasionada, audaz y brillante; una actriz increíble y una madre de familia moderna», ha declarado Cyril Chapuy, presidente de L'Oréal Paris. «Su belleza cautivadora, su encanto natural y su carácter son algunas de las maravillosas facetas que nos han seducido.» Esa capacidad de seducción se apoya en algunas armas evidentes, como el gusto de Rachel Weisz por lucir modelos de Narciso Rodriguez. «Sus diseños son sexys, fuertes, sofisticados, femeninos...», defiende la actriz. 

No le importa admitir que «la moda es importante en las películas, puesto que el cine es un medio muy visual». En cuanto a la belleza, según sus palabras, equivale a «una mezcla de seguridad en una misma, vulnerabilidad y cierta imperfección». Y añade: «Encuentro muy bellas a las personas que tienen rostros con mucho carácter». El suyo -ya se lo deba a la sangre húngara, austriaca, italiana... ¡o a la griega!- de momento se ha ganado un puñado de buenos papeles y un puesto de honor en la galería de embajadoras de L'Oréal Paris. 

«La belleza es una mezcla de seguridad e imperfección.»

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