Juzgado por ganar apuestas con una pistola

James Laming, un vendedor de automóviles acusado de tráfico de drogas, reconoció el martes ante el tribunal que lo juzga que consiguió importantes beneficios en las apuestas hípicas gracias al uso de una pistola ultrasónica. El arma, simulada en el interior de unos prismáticos, espantaba los caballos en plena carrera. Laming declaró en el juicio que hizo perder al caballo «Ille de Chypre», el segundo favorito, en la carrera «Rey Jorge V», celebrada en Ascot en junio de 1988. El acusado, que al parecer se encontraba asociado con el traficante de drogas peruano Renee Black, pudo haber fabricado la pistola ultrasónica por encargo de éste último. Según dijo, se sirvió para ello de un libro al alcance de cualquiera, la Enciclopedia Británica. Por otra parte, Black está siendo juzgado por otro tribunal, acusado de narcotráfico y de blanqueo de dinero a través del sistema de apuestas de caballos en las grandes carreras. Durante la vista del juicio de James Laming, en una sala del distrito del sur de Londres, el jurado presenció el vídeo en el que se ven perfectamente los movimientos de terror del caballo que provocaron la caída de su jockey, Greville Starkey, cuando estaba a punto de llegar a la meta. El disparo fue efectuado por Robert Black, hermano de Renee. Después de disparar, Laming observó a éste a unos diez metros intentando mezclarse entre la multitud con la intención de huir para que la policía no sospechase de sus prismáticos sin lentes.



Por otra parte, el suceso produjo tal controversia en la prensa deportiva que Laming se dio cuenta de que no podría repetir la hazaña hasta pasado un tiempo, pues de lo contrario hubieran podido producierse sospechas. Con la intención de ser cauteloso, planeó utilizar su pistola por segunda vez en Lingfield el 13 de agosto de 1988, dejando así un espacio de tiempo considerable para que el suceso fuera olvidado, pero, precisamente, fue arrestado la mañana de ese mismo día. El jockey, Greville Starkey, declaró ante el jurado que en ninguna de sus 14.000 carreras había experimentado algo semejante a lo de Ascot. Estaba en cabeza de carrera, a pocos pasos de la meta, cuando su caballo se desvió violentamente hacia la izquierda, derribándole de la montura. Además de las heridas, Starkey tuvo que soportar numerosas acusaciones e investigaciones por parte de . la policía, así como el chismorreo malintencionado de sus compañeros, ya que se sospechaba que se había tirado voluntariamente del caballo. La pistola ultrasónica ideada por Laming emite un sonido agudo imperceptible para el oído humano, pero que causa un efecto de terror en los animales. Según se puso de manifiesto en el tribunal, el disparo es como una «bola de fuego» que se introduce en el oído del caballo sin dejar ningún rastro. Detrás de las lentes de los prismáticos se escondían unos diminutos pero potentes altavoces, alimentados por unas baterias de cadmio y un microamplificador oculto en el estuche de cuero de los prismáticos. Su tamaño no era mayor al de un paquete de cigarrillos El sonido producido por el artefacto podía ser transmitido directamente al oído del animal. La fuerza del disparo era superior a los 22 watios. El repentino y terrorífico ruido provocaba que el animal se desviara de su linea de carrera. El acusado declaró que Black había contribuido con una sustanciosa cantidad de dinero para desarrollar su artefacto. Añadió, asimismo, que éste se había mostrado «entusiasmado» cuando observó el funcionamiento de la pistola en una prueba que fue realizada con unos caballos en la localidad británica de Woking. «Cuando disparamos contra uno de los caballos, dio un bote y salió espantado», relató el inventor. Cuando Laming fue preguntado en el juicio sobre cómo había sido capaz de diseñar un artefacto tan sofisticado, contestó que sentía un natural interés por las nuevas tecnologías. «Yo siempre intento estar al día de todas las publicaciones científicas. Toda la información para desarrollar la pistola la he conseguido en la Enciclopedia Británica». Laming ya había inventado otra pistola, en su más temprana edad, con la que conseguía aturdir a sus víctimas mediante un fuerte flash luminoso.

Además del fraude en el estadio de Ascot, Laming se encuentra implicado en el juicio que se sigue contra el traficante peruano Renee Black, acusado de blanquear dinero mediante las apuestas de las carreras de caballos. El abogado defensor de Laming, Jonathan Goldberg, ha manifestado que el fiscal del caso había considerado una posible asociación entre Laming y los hermanos Black en el tráfico de drogas. Esta relación parece poder justificarse con la colaboración que existió entre éstos para llevar a cabo la «operación del disparo ultrasónico». Laming manifestó que nunca había tenido conocimiento alguno de las implicaciones de los hermanos Black en el narcotráfico. Asimismo, añadió que él nunca había tenido ninguna relación con la venta de droga, a pesar de reconocer que había consumido en alguna fiesta pequeñas cantidades de cocaína.

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