Esperemos que no ocurra lo del otro día

Hasta eso es capaz de cambiar José Mourinho en el Real Madrid, en el fútbol. El técnico más especial del mundo quiere dar otra vuelta de tuerca y hacer del estadio del club más importante un lugar más cómodo para el equipo de casa. La tarea es de aúpa, pero hay pruebas suficientes de que Mou se suele salir con la suya. 

El pasado domingo, en el encuentro frente al Levante, desde la grada se sopló para que el equipo cambiase de guión. Con el marcador muy cómodo (3-1) y frente a un enemigo debilitado y encerrado a cal y canto en su área, el Madrid movió la pelota de un lado a otro, aguardando al menor hueco para colarse. Ante la presión del público, jugadores de la talla de Özil, Cristiano, Xabi Alonso o Benzema creyeron que la pelota les quemaba en los pies y terminaron soltándola. Efectivamente, su gente les cambiaba el guión. En una de esas, el Levante aprovechó un pelotazo más de los suyos y anotó su segundo gol.

Tras aquello, Mou llamó la atención en la sala de prensa sobre este suceso: «Hay otros estadios en los que se aplaude a sus equipos por tocar y tocar, pero aquí te pitan por eso». 

Esta noche, de nuevo en el Bernabéu habrá otro rival de esos que se apilan junto a su portero. Por si la grada no ha captado el mensaje, el entrenador blanco ha alertado a los suyos ante la posibilidad de que la pelota les vuelva a quemar en los pies por el calor que envía la gente. El ejercicio será entonces más mental que otra cosa: no perder la calma, no huir de la pelota. «Que se cansen los de fuera antes que nosotros», les ha venido a decir. 

A Mourinho en la sala de prensa le preguntaron por casi todo, pero casi nada acerca del Racing. El hit parade lo sigue encabezando (y ya son cuatro semanas consecutivas) su continuidad en el Madrid. «Asunto zanjado» contesta él, tocado con el chaleco del Real Madrid en el que lucen grabados el escudo del club y las iniciales de su nombre y apellido. La segunda cuestión en la lista es dónde y cómo quiere celebrar el título de Liga. «Firmo ganarla por un punto sobre el Barcelona, lo demás son tonterías», responde. 

A propósito del futuro de Mou se ha metido por medio hasta el presidente del Oporto. El presidente del Oporto dice que el entrenador madridista telefonea a los jugadores del Chelsea para «desestabilizarles», y así forzar la marcha de André Villas-Boas. Otra cosa es que los veteranos del Chelsea deseen, que así es, el regreso del técnico con el que tocaron el cielo y que Roman Abramovich le quiere de nuevo a su lado. Pero a día de hoy, el entrenador madridista no ha decidido. De momento, quiere terminar esta temporada con la cabeza altísima. Además de dar hoy otro paso hacia el título de Liga, cree que esta Champions está esperando al Real Madrid. Por eso, para el encuentro del próximo martes en Moscú tiene que ponerse a calentar desde esta noche Ángel di María, que se lesionó el último día de 2018. También regresa Marcelo. Hasta Sahin parece convencido de que tendrá media horita para ir remontando el río. 

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