Panorama sombrío para los árbitros
Todo está dispuesto y preparado para que la Asamblea arbitral del día 4 de diciembre se convierta en una auténtica encerrona al presidente de la Federación Española de Fútbol, Angel Villar, que ha anunciado su presencia en la misma. El árbitro mundialista Soriano Aladren, los favores se pagan, - Soriano, ¿quién te ha visto y quién te ve? -, sería el encargado de abrir el «fuego dialéctico» contra Villar. El argumento del repaso al presidente es la supuesta desprotección de los árbitros españoles ante la catarata de declaraciones adversas que se les han venido encima. Detrás de este argumento no existe otro móvil que el de propugnar la continuidad de José Plaza, quien será presentado a la Asamblea como el único que, contra viento y marea, defiende al colectivo arbitral.
Este reparto de papeles tiene garantizado el éxito en función de que los puestos de la Asamblea han sido precisa y cuidadosamente copados por hombres adictos a la cúpula de la organización arbitral. Todos y cada uno de los hombres que apoyan a Plaza, que le deben algo y a los que no les interesa el cambio en el estamento arbitral estarán sentados en la asamblea. Villar, sólo ante el peligro, no tendrá frente a él a nadie que le apoye. El presidente de los árbitros, si nadie lo evita antes, tendrá una asamblea entregada a su persona, porque faltarán, como otras veces, los representantes de la oposición. Ni Urízar Azpitarte, ni Pes Pérez, ni Caetano Bueno, ni Jacinto de Sosa, ni Casajuana Rifa, ni Fernández Quiros, que representan la oposición a Plaza, ya sea moderada o radical, han sido elegidos miembros de la Asamblea. Unas elecciones, comomínimo, oscuras. Las urnas han brillado por su ausencia y los árbitros han votado por correo. Sus papeletas estaban introducidas en unos sobres, que contenían también una fotocopia del carnet de identidad.
No parece muy difícil que se hayan cotejado carnets con fidelidades y que el poder haya sabido quién vota a qué lista y cómo lo hace. Con listas cerradas lanzadas desde el poder, integradas por árbitros adictos, Plaza ha cerrado toda posibilidad de debate o de contestación, aunque sea mínima, en la Asamblea del cuatro de diciembre. Dichas listas, que han tenido el apoyo de la mayoría de los votantes que designan a los representantes en la Asamblea, se ofrecen en columna al margen, y fueron desveladas por el programa Goles, que presenta y dirige Pedro Pablo Parrado. La exigua oposición a José Plaza ha sido minuciosamente excluida de la Asamblea por este procedimiento, si bien oficialmente se niega la existencia de estas listas.
La maniobra está clara: Se trata de presentar al estamento arbitral como un colectivo monolítico, regido por una democracia interna, harto de ser el «saco de los golpes», y que, como un sólo hombre, apoya a su presidente José Plaza. Resulta sumamente chocante que arbitros del «prestigio» de Andújar Oliver, míster rabillo, hayan arrasado en las primarias. Andújar ha sido el segundo más votado, tras Soriano Aladrén, de los 20 representantes en la Asamblea de los 60 colegiados de élite. Tras Soriano, 47 votos, y Andujar, 43, se sitúa el tinerfeño Socorro González, con 41. Y, por supuesto, no faltan los García de Loza, Mazorra Freire, Ramos Marcos, Pajares Paz o Merino González. Vamos, la «banda de los pelotas».
En la otra lista de colegiados, en la que integran los 18 representantes en la Asamblea de los 54 del Pleno federativo, el panorama no varía. El más votado ha sido el asturiano Díaz Vega, con 36 votos, y le siguen Calvo Córdoba, 33, y Urío Velázquez, 31. También José María Fernández Quirós, presidente de la Territorial rebelde de Andalucía, ha quedado fuera de la Asamblea. El foro habrá de aprobar el nuevo ROA, reglamento de la organización arbitral o reglamento de régimen interior, como se va a denominar ahora. Dicho reglamento se presume lleno de gazapos como el siguiente: Para que un árbitro ascienda de categoría tiene que tener más puntos que el que vaya a descender de categoría.
De este modo, y como no se habla para nada de puntos en relación al número de encuentros pitados, las manipulaciones en función del amiguismo podrán estar a la orden del día. En cuanto al sucesor de Plaza, que no abandonará el 4 de diciembre, pero que lo hará en el transcurso de esta temporada, ya existe un nombre consensuado: Pedro Sánchez Sanz, presidente de la Territorial Madrileña. Villar no va a tener otra que seguir tragando con Plaza en la presidencia del CNA, pero está dispuesto a que se vaya a corto plazo. Por las buenas o por las malas, aduciendo una «falta de confianza» hacia su persona. Pero antes los árbitros, convenientemente aleccionados, están dispuestos a darle al presidente de la Española una «Asamblea de cuchillos largos».
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