Jugar a las tabas, las canicas, colonia Varon Dandy.-
Juego de baloncesto, la pelota era de corcho, empujabas el botón que estaba demasiado duro para la mano de un niño y había que colar la pelota en la cesta:
Anisetes, caramelos pequeños, bolitas que había dentro de juguetes transparentes de diferentes figuras. Un martillo, un niño, una lupa, un biberón, una cantimplora, un chupete:
Vestidos de niña y de niño, con su cuello y sus encajes:
Canicas, para jugar con ellas chocando una contra otra y metiéndolas en un agujero que se hacía en la tierra. Los niños eran los que más jugaban a las canicas, las niñas menos:
Tebeos de Mortadelo y Filemón, colección Olé. Pues sí señor Super, el enemigo ha conseguido obtener ese rayo reductor, ahora se lo explicará el jefe con más detalle. Y viene el jefe metido en una cajita con agujeros para que pueda respirar:
Libreta de anillas, azul, usada, Ancla:
Respaldo de bolas para los asientos de coche, todavía los siguen vendiendo, con el paso del tiempo las bolas se rompen y hay bolas por todos sitios:
Cámara de echar fotos para niños, apretabas el botón y salía el muñeco. Las vendían mucho en las ferias de los pueblos. Guardar luego el muñeco dentro también costaba:
Caja de lata de caramelos de naranja, marca Rallye, otra caja que costaba un mundo abrir. Eso sí, la caja era dura y resistente como el acero:
Marco, de los apeninos de los Andes, con su amiga la que llevaba marionetas y su mono Amedio, buscando a su mamá hasta Argentina que se fue la mujer:
Teléfonos que se hacían con vasos de yogurt, un cordón en medio y hala, a hablar:
Colonia de bote de litro Varon Dandy, en el Alcampo la siguen vendiendo y mismo tamaño. La colonia de los hombres:
Radio Casete para meter cintas, darles hacia adelante y hacia atrás, escuchar la radio. Para ensayar los bailes de fin de curso era muy práctico. La antena ojito, solía acabar rota:
Revista Pronto, muy conocida de la época, Starsky y Hutch dos homosexuales que se acuestan juntos, jajaja, no había la tontería de ahora, las cosas claras.
Nacida inocente, el drama de los reformatorios juveniles en historieta gráfica, este libro lo leía todo el mundo:
Cintas para meter en el radio casete, Lambada, Caños, Castilla, Los relámpagos, Antonio Molina, María del Monte, Himnos y Marchas:
El juego de las tabas, había que ir cambiando del uno al dos, al tres y así y luego ir recogiéndolas, hasta conseguir recogerlas todas y que te cogieran en la mano, a veces había que poner las dos:
Muñeco de Playmobil con el brazo extendido, no podía nunca beber de la copa:
Juego de chocar las bolas, fácil abajo, lo difícil era hacer la campana completa y que también chocaran arriba:
Juego de la rana, una lata, otra lata y a hacerla crujir:
Los dos rombos se ponían en las películas que no podían ver los niños, también había de un rombo, que la podían ver los niños, pero más grandes.
Si se daban un beso en la boca eran dos rombos:
Si se daban un beso en la boca eran dos rombos:
Sellos de Spar, te daban la cartilla gratis y tú ibas juntando los sellos, cuando completabas la cartilla te daban un regalo, una batería de cocina, cuberterías, un algo:
Juego del papel doblado, lo metías entre los dedos y los movías, escogía otro niño un número y se veía a ver que le tocaba, ¿Cuántos años tienes? era una de las preguntas que se hacían:
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