Un millonario que supo vivir

La tranquila muerte del multimillonario norteamericano Malcolm Forbes, ocurrida el sábado cuando dormía una siesta en su mansión de Nueva Jersey, resulta una nota de contraste a su curiosa y agitada vida. Forbes siempre intentó recalcar la imagen que se tenía de él y vivir como se supone que vive el dueño de la revista que lleva su nombre, como un «happy millionaire» (millonario feliz). Su isla de Fiji y su mansión ancestral de Nueva Jersey forman parte de la excéntrica y cara vida que el magnate de los medios de comunicación ha llevado.

Mezclaba la aventura de los ricos locos -como sus viajes en bote por el Amazonas, sus excursiones en moto por China o sus «viajes de amistad» por diversos países como la URSS y España en globo aerostático- con el esplendor magnífico y suntuoso de un destacado miembro de la realeza que no era. Los grandes ejecutivos de las multinacionales le admiraban no por sus capacidades como «businessman», sino más bien por su «talento» para vivir como lo hacía, que era exactamente como a los ejecutivos les hubiera gustado vivir. La inesperada muerte de este rico extravagante ha sacudido a gran parte del poderoso círculo de amigos del magnate.
El magnate del dólar Donald Trump dijo que con su pérdida el mundo financiero norteamericano se lleva «diversión, creatividad y un genuino liderazgo en el mundo de los negocios». Los expertos habían estimado la fortuna de Forbes, una de las más importantes en Estados Unidos, entre los 800 y los mil millones de dólares (unos 100.000 millones de pesetas). Malcolm Stevenson Forbes Jr., el hijo mayor del fallecido conocido como «Steve», asumirá ahora el control de la empresa. Forbes tuvo otros cuatro hijos, Robert, Christopher, Tomothy y Moira con su antigua esposa, Roberta, con la que se divorció en 1985 después de 39 años de matrimonio.

Ultimamente se le veía con la actriz Elizabeth Taylor a la que colmó de valiosos regalos para conquistar su corazón. Malcolm Forbes nació rico en 1919 y se pasó el resto de su vida haciéndose aún más rico. Poco después de licenciarse de la Universidad de Princeton, Forbes se convirtió en editor y dueño del diario «Fairfield Times», en Lancaster, Ohio y parecía lanzado en su conquista del mundo de los medios de comunicación. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial interrumpió sus planes. Forbes hizo la guerra tan bien como hacía sus negocios y se convirtió en un héroe. Después de su guerra y las medallas que obtuvo por su participación, el joven Malcolm se incorporó a «Forbes», la publicación que su padre Bertie fundó en 1917. Malcolm, nacido la tercera y más afortunada de de las criaturas que tuvieron B.C. (Bertie) y Adelaide Forbes, empezó a hacerse con el imperio de su padre comprandole a sus hermanos sus porcentajes.

Al final de su vida, Malcolm poseía un 85% de Forbes Incorporated. En 1949 inició una fugaz carrera política que abandonó a los pocos años para dedicarse íntegramente a los negocios y a sus placeres. Aficionado a las colecciones, Forbes reunió la más importante colección de huevos de oro del joyero Fabergé, documentos y cartas de personalidades de todos los tiempos, además de 70 modelos de motos Harley Davidson. También era aficionado a las fiestas. La más sonada fue sin duda la que ofreció en agosto del pasado año en su palacio de Tánger (Marruecos) para celebrar su 70 cumpleaños. Asistieron 600 invitados y costó 250 millones de pesetas.

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