Ni hormiga ni marica
Creo que la polémica de Edith Cresson a dos bandas, contra la homosexualidad anglosajona por una parte y contra las hormigas japonesas, por otra, está llena de enseñanzas para cuantos se interesan por la antropología cultural.
Es sabido que las identidades culturales se forjan a partir de diferencias, a partir de lo que no se es, que acaba por acotar lo que se es. Se es blanco cuando no se es negro, amarillo, cobrizo o aceitunado.
Es sabido que las identidades culturales se forjan a partir de diferencias, a partir de lo que no se es, que acaba por acotar lo que se es. Se es blanco cuando no se es negro, amarillo, cobrizo o aceitunado.

Son dos referencias que señalizan aquello que un buen francés jamás debe ser.La aversión de Edith Cresson a los homosexuales anglosajones tal vez tenga una lejana explicación freudiana.
O tal vez sea culpa de aquel presunto novio londinense de un fin de semana que, a la hora de la verdad, le resultó rana. A veces las actitudes políticas nacen de secretos episodios de la vida privada, de traumas y frustraciones de la vida íntima.
Comentarios
Publicar un comentario