Estuve buscando por un montón de sitios como cheque regalo Redcoon, Pixmania y otros similares, pues quería conseguir una cámara digital a buen precio y que fuera online.
Así, buscando y comparando fue como di con la tienda de Digital Factory y encontré la cámara que yo quería, mismo color y mucho más barata que en los demás sitios, además que le apliqué el cupón
descuento que ofrece para sus clientes internautas y conseguí una sustanciosa reducción en el precio.
Me llegó mi pedido en un periquete, un amable repartidor me lo entregó en mi domicilio un par de días después, así que no puedo más que hablar bien de este sitio.
Me pedí también una funda y un trípode mediano, para tenerlo ya todo y por si tenía que llevar la cámara a alguna excursión nocturna.
No me gusta cómo se ha iniciado el curso político en la vida local madrileña. No me gustan los modos verbales ni siquiera las actitudes personales. Hay hechos que no responden a la realidad presumida. Parecía existir la idea común de que lo más conveniente para el buen funcionamiento de las instituciones es el entendimiento entre ellas, independientemente de quienes las gobiernen, de las afinidades políticas e ideologícas y, sin embargo, surgen duras críticas porque Alvarez del Manzano ha manifestado un entente cordial y deseos de colaboración con Leguina tras la entrevista mantenida por ambos. Uno, en su miopía romántica, es capaz de pensar aún que las relaciones humanas, las amistades, el respeto personal está por encima de los encontronazos políticos, de las zancadillas interesadas, de las reacciones viscerales.
Y uno se encuentra con el triste panorama de que todo es utopía y que las amistades son más peligrosas que otra cosa, a juzgar por las descalificaciones. Así, Juan Barranco es capaz de comparar a Alvarez del Manzano, del que siempre ha dicho tenerle como amigo en lo personal, con la sonrisa de la hiena: «Come carroña, hace el amor una vez al año y se pasa el día sonriendo». No creo que Alvarez del Manzano sea un carroñero; mucho menos sé si hace el amor una vez al año, y sólo está claro que sonríe con más frecuencia que Barranco, que también tachó al Gobierno de la derecha de «fascista».
No me parecen palabras propias para la concordia, para el fomento de las relaciones humanas y del común intento de entenderse el Gobierno y la oposición. Tampoco el portavoz de IU, Paco Herrera, ha visto con buenos ojos el encuentro Alvarez del Manzano-Leguina.
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