El Lazarillo de Torres y sus andanzas

Tal y como ocurrió con Pabellón de reposo, la segunda novela de Camilo José Cela, Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes, ha sido dada a conocer por entregas, antes de ser impresa en libro, en las páginas de una revista. Pabellón de reposo apareció inicialmente en el semanario 

El Español; Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes, en Juventud. Se ha retomado con estas dos novelas la costumbre decimonónica de los folletones que, en España, siguió practicándose por el diario El Sol -con firmas como las de Ortega y Gasset o Juan Ramón Jiménez- hasta la primera hora del estallido de la guerra civil. Camilo José Cela se dio a conocer, hace poco más de año y medio, con La familia de Pascual Duarte que, como todo el mundo literario sabe, ha situado su nombre a la cabeza del pelotón de nuevos escritores dados a conocer después de la larga batalla. Se trata de un inquietante relato, no demasiado extenso, erizado de asperezas, de sangre y de muerte, escrito de manera realista y directa, contrapunteado, como por lejanas notas de una flauta, por un sentimiento de piedad y, todavía más suave y amortiguado, por un aire o céfiro de humor.

El éxito de la novela fue inmediato y su autor proclamado como una revelación fulgurante de la actual juventud literaria. Críticos como Enrique Azcoaga, Melchor Fernández Almagro y Manuel Muñoz Cortés, seguidos por otros muchos, elogiaron la estupenda narración, y el público confirmó el veredicto agotando los ejemplares lanzados al mercado. 

Después, hace sólo unos meses, en 1944, Cela ha dado a la luz Pabellón de reposo, que ha supuesto una aportacion confusiva para los que esperaban otro apogeo del llamado tremendismo y se encontraron con un texto de cariz lírico y refinadamente escrito que tomaba todas las distancias respecto a la violencia desenfrenada de las hazañas de Pascual Duarte. Situada la acción en una clínica antituberculosa, la muerte se yergue como personaje central de esta novela, como eje de la doliente y pasiva población sanatorial. La narración aparece anclada e inmovil, silenciosa y sobrecogida en tanto la carretilla del sepulturero no cesa de pasar con su carga siniestra.

A los seis meses de haber aparecido Pabellón de reposo, ha sido publicada otra novela de Camilo José Cela: Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes (Ediciones La Nave. Madrid, 1944), narración que, cómo se desprende del título, aspira a rescatar y actualizar el género picaresco y al personaje Lázaro. La empresa no puede ocultar su osadía. Cela se arriesga a ella y el resultado es un texto admirable que supone la revalidación de su autor como espléndido escritor poseedor de un lenguaje propio, repleto de fuerza, precisión y gracia expresiva. Eso por una arte; por otra, su facilidad de narrador innato. El libro se lee con delectación y con emoción literaria.

Pero, frente a la osadía celesca se levanta el propio modelo al que desea dar continuidad. Si la picaresca se muestra presente ya en La familia de Pascual Duarte, en Nuevas andanzas y desventuras... el clásico del siglo XVI se impone con ella al novelista del siglo XX y el descendiente de Lázaro de Tormes aparece como una transparencia de su antepasado y, novelísticamente, dependiente del libro inmortal. Y en esa supeditación no sólo adquiere el vástago actual una presencia anacrónica sino que la escritura -se trata, hay que tenerlo en cuenta, de unas memoriasse infiltra de arcaismos sobre todo, del estilo del modelo escogido, con lo que se anula la actualización pretendida por su autor. Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes no es, de ninguna manera, una novela superficial a pesar de lo dicho, sino que se sitúa por debajo de las otras dos anteriores de Camilo José Cela. Sólo por La familia de Pascual Duarte hay que esperar de nuestro escritor pasos.que igualen y superen a esta gran novela de nuestros días.

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