Por temibles arenales
El señor Endara, presidente embargado de Panamá, tiene el orgullo donde mi amiga Susi la virtud: de motocrós en el París-Dakar. Claro que la virtud de la Susi, de pronto mariyamaja, no esperaba encontrarse por allí a tantos extraviados como ella. El orgullo de Endara, el carisma doméstico de Gorbachov, el talante de Solchaga, la inscripción -expropiada por los marirrubios- de Alfredo Sáenz como comandamás del bebeuve, la inspiración poética del presidente checo Vaclav Havel, el plantón pestiño de Godot, que ya no tiene quien le espere. Todos y todas por los arenales sajarauis, como zorras del desierto.
Una patulea de repudiados, expropiados, extraditados, sacrificados y caídos en desgracia o en desuso se han dado cita este año en el rallye París-Dakar. No corren, no salen en los periódicos, no figuran én l'a's clasificadones; pém siguen a la caravana, sonlocados por la solanera durante el día y esmorecidos de frío por la noche, poniendo su granito de arena -vaya por dios, como si, hubiera poca- por el éxito de la empresa y por su propia redención.Y es que tiene el rallye ParísDakar, le digo a la Susi, una mística dislocada y gasolinera que produce el subidón, un espíritu de cruzada sin pies ni cabeza que consuela y anima mucho a quienes se han quedado sin oficio ni beneficio.
El orgullo de Endara, por ejemplo: como se ha quedado a dos velas, ha decidido alquilar sus encantos a los tuaregs y va de duna en duna como una moto, hecho un cromo de travestón, gorda como una falúa y, encima, con el diu atascado por el polverío. Claro que peor es lo del carisma de Gorbachov, que ha abandonado a su hombre como una lagartezna cualquiera entre los cafres de Azerbaiyán, y anda bibiandersen y guapísima por el Teneré, ofreciéndose como una perra a las pandillas de bereberes. ¡El signo de los tiempos!La que no tiene mucho éxito es la inspiración poética de Vaclav Havel, y la Susi me dice nada de extraño, darlin; hay que ver qué churro de poema sobre el huevo y la gallina y la síntesis dialéctica le sacaron el otro día en este diario.
Que en el desierto puede perderse la noción, pero no del todo. Y por lo que respecta a la pesada de Godot, lo tiene crudo con esa manía suya de hacerse esperar como sí fuese Elizabeth Taylor. Qué antigua la marimisterio y qué pretensiones.Eso sí, quien no se come una rosca es el talante de Solchaga, que lo ha tenido que cambiar por mandato del gran jefe y ha mandado al legítimo, al insoportable, a que alterne un poco por los oasis, arreglada como Marlene en «Morocco», pero ni por ésas. Que el rallye París-Dakar es puro masoquismo, pero no tanto. El rallye París-Dakar es un masoquismo redentor, le ha dicho a la Susi su virtud, trastornada por la experiencia. Pero la Susi está supertranquila, porque a ella la virtud ya no se la redime ni Beau Geste.
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