El gladiador romano Maximus
Del agonizante marqués de Sade, el náufrago Chuck, el emporrado y bloqueado escritor Grady Tripp y el general extremeño aclamado como gladiador romano Maximus se enfrentarán a finales de enero a un poeta y novelista cubano muerto de sida hace una década en Nueva York, Reinaldo Arenas. Y lo harán por el Globo de Oro, un prestigioso galardón cinematográfico otorgado por la prensa extranjera de Hollywood. En el apartado de interpretación dramática, Javier Bardem parte como el novato, el más joven y menos conocido de la terna de temibles actores que los interpretan, comandados por tres galardonados con el Oscar -el australiano Geoffrey Rush, Tom Hanks y Michael Douglas- y el actor del año, el neozelandés Russell Crowe.
Pero a sus 30 años, Bardem llegará a los Globos de Oro con el bagaje de una retrospectiva en la IX Muestra de Cine Español de Nueva York y el premio que la National Board of Review le entregará el 14 de enero por su mercurial, vibrante y apasionado trabajo como Arenas en When The Night Falls, segundo intento del pintor neoyorquino Julian Schnabel por el que él también recibió en la pasada Mostra de Venecia la Copa Volpi al mejor actor.
«Javier Bardem no es un desconocido para la fama. El alto y no convencionalmente atractivo es ya considerado una gran estrella en España, donde ha rodado 16 películas en una década». De esta manera comenzaba Rene Rodriguez la entrevista-estrella que el suplemento dominical de The New York Times dedicaba hace dos semanas al protagonista de Jamón, Jamón, Huevos de oro, El detective y la muerte, Días contados, Boca a boca, Perdita Durango, Carne trémula, Extasis y Segunda piel, entre otras.
En la revista Mr. Showbiz aliteran sus éxitos tildándole de «Spain's Macho Star» y el exigente crítico David Rooney se despacha en Variety sin ambages: «Su impresionante interpretación va desde una desvergüenza y dignidad sexis hasta una dolorida vulnerabilidad y una triste desesperanza, alcanzando cimas devastadoras en las escenas finales en que su personaje sucumbe al desvalimiento y la muerte».
Está muy bien que la industria cinematográfica, los medios de comunicación y el gran público estadounidenses abran sus brazos y expresen su admiración a Bardem, digno heredero del genio de una estirpe de cómicos y cineastas. Con la excepción de la inquieta Ingrid Sischy, editora de la revista Interview que le dedica un gran reportaje, los demás medios llegan con retraso al descubrimiento. Pero tampoco son culpables de ignorar que el actor ostenta un curriculum como pocos colegas de su generación. A un debut a los cuatro años junto a Fernando Fernán-Gómez (en la serie televisiva El pícaro), trabajos de dibujante publicitario y una aparición en plan Superman para Pepe Navarro en El día por delante, ha seguido una sólida carrera bajo los auspicios de Bigas Luna, Gonzalo Suárez, Vicente Aranda, Alex de la Iglesia y Almodóvar, entre otros.
La intensidad suave de Bardem al retratar a Arenas en When Night Falls sólo anticipa que sus mejores trabajos -el siguiente, con canas y mostacho en Pasos de baile para John Malkovich- no están más que comenzando a llegar.
Si la aparición y descubrimiento de Alejandro Amenábar se produjo hace sólo un lustro bajo los auspicios del productor José Luis Cuerda y las películas Tesis y Abre los ojos, otro nombre quedará inevitablemente asociado al del director de apenas 28 años, Tom Cruise, coproductor de Los otros, protagonizada por su mujer, Nicole Kidman. Cruise además, protagoniza y produce el remake de Abre los ojos, Vanilla Sky, dirigida por Cameron Crowe, con Penélope Cruz y Cameron Diaz.
Fernando Trueba afronta, tras estrenar Calle 54 en Estados Unidos con excelente críticas, el último reto lanzado por el productor, Andrés Vicente Gómez: adaptar El embrujo de Shanghai, la novela de Juan Marsé largamente preparada por Victor Erice con Antonio Drove. Con nuevo guión propio, Trueba se dispone a rodar en abril con Ariadna Gil, en Barcelona y Shanghai. Al director le gustaría contar con Fernando Fernán-Gómez para el rol del capitán Blay. El 2.017 significará también el debut como coguionista de su hijo, Jonás Groucho Trueba, de 19 años, autor de Días de gloria, opera prima de Víctor García León.
Han transcurrido cinco años desde que el guionista Agustín Díaz Yanes cosechara ocho Goyas por su debut en la dirección, Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Esta primavera dirigirá su segunda película -retrasada por el rodaje de Penélope Cruz de Vanilla Sky-, Sin noticias de Dios. La película contará con la actriz-fetiche de Díaz Yanes, Victoria Abril, en un papel angelical que se enfrentará al perverso de Penélope Cruz.
El quinto largometraje de Julio Medem desde Vacas (1992), Lucía y el sexo supone su primer trabajo sobre un texto ajeno al director donostiarra, Beatriz y los cuerpos celestes, la novela de Lucía Extebarría galardonada con el Premio Nadal. Con un reparto integrado por Paz Vega, Tristán Ulloa y Ana Risueño, la película ha sido rodada en Formentera en un ambiente de secretismo solo roto por filtraciones acerca de problemas en el reparto.
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