Un bunker de 29 pisos escondido en el centro de Nueva York.-

El AT&T Building es una de las construcciones más distópicas de Manhattan. A simple vista, funciona como un centro de comunicaciones, pero también alberga un búnker que contiene instalaciones dedicadas a la vigilancia masiva.


El nombre completo de la torre es "AT&T Long Lines Building", haciendo referencia a la empresa de telecomunicaciones propietaria del edificio, AT&T. En su interior aloja las centralitas telefónicas que gestionan llamadas internacionales de líneas largas, "long lines" en inglés.

A menos de un kilómetro del "One World Trade Center", que reemplaza a las desaparecidas Torres Gemelas, el AT&T Long Lines Building es un rascacielos de 167,5 metros de altura, con 29 pisos y 3 niveles subterráneos. Está ubicado en el número 33 de Thomas Street, en el barrio de Tribeca, en el bajo Manhattan.  

Su construcción comenzó en 1969 y concluyó en 1974, bajo la dirección del arquitecto John Carl Warnecke. Warnecke fue el autor de diversos edificios públicos y militares en Estados Unidos, incluyendo el monumento de "La Llama Eterna", erigido en memoria del presidente John F. Kennedy tras su asesinato.  

De cara al público, el AT&T Long Lines Building alberga un gran "hub" de comunicaciones. En términos simples, un "hub" es un conjunto de centralitas telefónicas. Las instaladas en este edificio corresponden técnicamente a "switches 4ESS".

Estilo arquitectónico brutalista

El AT&T Building es distópico al igual que la mayoría de edificios brutalistas, estilo arquitectónico al que se considera pertenece, el brutalismo.

El brutalismo consiste básicamente en hacer bloques de hormigón completamente deshumanizados en todo lo posible, desde la puerta hasta la azotea. Hicieron furor entre las décadas de 1950 y 1970 en la construcción, sobre todo de edificios públicos pagados con fondos públicos, ya que esta suele ser la única vía a través de la cual los arquitectos pueden colar sus aberraciones en la sociedad.

El AT&T visto desde Worth Street. En la torre que se ve justo detrás, están las oficinas del FBI. La construcción es distópica, pero lo cierto es que, en el entorno de Nueva York, no desentona demasiado:


La diferencia principal con otras construcciones “brutalistas” es que el AT&T tiene una buena razón para serlo. Cuando se proyectó levantar este rascacielos, la idea era construir un búnker secreto a plena vista, en medio de Manhattan, capaz de soportar una detonación nuclear.

Las fachadas exteriores de la torre no tienen ventanas, tan solo una serie de extraños orificios de ventilación con forma cuadrada, a mitad del edificio y en el último piso. Estas ventilaciones emiten un sonido tipo “hum” que puede percibirse en las noches más tranquilas.

La principal virtud del AT&T es que no desentona demasiado entre el resto de construcciones del entorno neoyorquino, donde abundan los rascacielos. En parte, esto es gracias a que las fachadas están cubiertas de unas enormes baldosas de hormigón pulido. Estas baldosas, dispuestas de forma que vistas desde cierta distancia reflejan la luz del sol, podrían confundirse con ventanales.

El AT&T está considerado como uno de los edificios más seguros del mundo, al ser, en realidad, un búnker escondido a plena vista.

La torre es autosuficiente, tiene reservas de 1 millón de litros de combustible, agua y alimentos para 1.500 personas, además de generadores eléctricos autónomos. En una situación en la que Nueva York se quedase sin suministros, el AT&T podría seguir operativo de forma autosuficiente durante semanas.

Se mire desde el ángulo que se mire, la torre AT&T parece sacada de una distopía orwelliana:


No obstante, ya ha fallado una vez con nefastas consecuencias. Periódicamente, en el AT&T se realizan ejercicios de entrenamiento en los que se cambia la fuente de energía eléctrica; se desconectan todos los sistemas de la red general de Nueva York y se encienden los generadores autónomos dentro del edificio.

El 7 de septiembre de 1991 se produjo un fallo humano durante una de estas pruebas, que dejó 5 millones de llamadas telefónicas bloqueadas y 398 aeropuertos temporalmente cerrados, prácticamente todos los que dan servicio al noroeste estadounidense, al verse el control aéreo afectado.

Se cree que el AT&T es el centro desde el que se realiza parte de una operación de “vigilancia masiva”, denominada en clave “Blarney”, llevada a cabo por la NSA, la agencia de seguridad nacional norteamericana.

“Vigilancia masiva” significa que en la torre se estarían monitorizando todas las llamadas internacionales que pasan por el hub, todos los datos electrónicos, internet, llamadas por internet mediante “voice over IP”, videoconferencias y “feeds” audiovisuales recogidos por las cámaras de seguridad instaladas en calles y dentro de varios edificios.

Cual torre del mal, erigiéndose hacia el cielo, "el ojo que todo lo ve" en el mundo real estaría ubicado aquí:


Esta teoría surgió tras dos investigaciones: una realizada por la publicación theintercept.com y otra expuesta en el cortometraje “Project X” de Henrik Moltke y Laura Poitras, donde se indagaba en las revelaciones sobre la red de vigilancia mundial filtradas por el notorio Edward Snowden, excontratista de la NSA y la CIA.

Según estos autores, “Project X” era el nombre en clave para levantar el búnker-rascacielos. “Titanpointe” era el nombre en código de la operación secreta de vigilancia masiva.

A la empresa AT&T la denominan en clave “Lithium” y a los switches 4ESS los llaman “Rimrocks”. La colaboración de AT&T con la NSA es un hecho conocido desde hace décadas. Por ejemplo, en 1976, el presidente Gerald Ford bloqueó una demanda contra esta compañía, en la que se le acusaba de colaborar con el FBI en unas escuchas telefónicas. Gerald Ford detuvo el procedimiento, alegando que AT&T era “agente del gobierno estadounidense actuando bajo contrato del poder ejecutivo”.

Otra vista del bunker apuntando al cielo:


“Titanpointe” estaría escuchando las comunicaciones de la ONU, el FMI, el Banco Mundial, diversas empresas privadas o las llamadas entre Estados Unidos y otros 38 países, incluyendo datos electrónicos (internet), transmisiones de cámaras y comunicaciones vía satélite.

Tal vez no por casualidad, a dos manzanas se encuentran las oficinas del FBI en Nueva York, varias oficinas militares, el registro neoyorquino y una oficina postal.

En las filtraciones de Snowden, se afirma que “Titanpointe” es uno de los tres centros neurálgicos de la iniciativa “Blarney” y que es la sede de “Blarney” en Nueva York.

Dentro de la torre, el equipamiento de “Titanpointe” está ubicado en un departamento llamado “Sensitive Compartmented Information Facility” (Instalaciones de Información Sensible Compartimentada). Aquí se interceptan llamadas, datos electrónicos e imágenes, los cuales son procesados y remitidos a la NSA en Maryland para su almacenamiento.

El proyecto “Skidrowe” y el buscador “Xkeyscore”
En la azotea de la torre se pueden observar numerosas antenas vía satélite. Estas, según se supone, pertenecen a un proyecto secreto llamado “Skidrowe”, dedicado a interceptar comunicaciones por vía satélite, incluyendo datos de internet inalámbricos que viajan por satélite.

Después de ser almacenados, los agentes de la NSA pueden consultarlos a través de un buscador similar a Google llamado “Xkeyscore”.

Las dos antenas con forma de disco que se pueden observar interceptarían comunicaciones vía satélite para el proyecto Skidrowe:


Con el buscador “Xkeyscore”, los agentes de la NSA pueden acceder a todos los datos almacenados, que incluyen:
  • Correos electrónicos.
  • Conversaciones de chats.
  • Llamadas realizadas por Skype.
  • Contraseñas introducidas en cualquier inicio de sesión de internet.
  • Historial de navegación para saber qué páginas ha visitado una persona.
Para dimensionar el alcance, el periódico The New York Times publicó que, solo en el año 2015, AT&T entregó a la NSA 2 billones de correos electrónicos.

El protocolo para entrar en la torre
Una de las filtraciones de Snowden incluía un protocolo dirigido a la seguridad de “Lithium”, para prestar asistencia a los agentes de la NSA que visitaban “Titanpointe” en Nueva York. Las visitas debían coordinarse con el FBI, que, casualmente, tiene sus oficinas justo al lado.

Según el protocolo, los agentes de la NSA debían:
  • Alquilar un vehículo camuflado a través del FBI.
  • Vestir ropa civil normal que no llamara la atención.
  • Evitar llevar placas o tarjetas que los identificaran como parte de la NSA.+
Una de las pocas fotos conocidas del interior del edificio muestra grandes tanques de ácido, que probablemente sean parte del sistema de baterías autónomas:


Al llegar a la entrada de “Titanpointe”, que desde fuera parece un portal normal y corriente de cualquier edificio público en Nueva York, los agentes deben:
  • Tocar el timbre de la puerta.
  • Mirar hacia un espejo que esconde una cámara oculta de análisis biométrico.
  • Esperar a que un guardia de seguridad les dé acceso.
Según un exempleado de AT&T, Mark Klein, el protocolo funciona muy bien, ya que los trabajadores de la torre no se enteran de la presencia de agentes de la NSA cuando hay visitas.

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