Mis amigos y mi vino

Tribuna, incluso, ha enviado a la nieta de Pasionaria, Dolores Sergueyeva, a que se foguease, desde Bucarest, en el periodismo de acción). Otros despiden, con la copa de cava/champán mirando al objetivo de la cámara, apoyados en el árbol navideño, al año que se va, a la vida que se nos va con él. María Vidaurreta, hermosa de Loewe en satén, con falda plisada y cuello y puños de seda, en Tiempo, prepara, ilusionada, la noche de Fin de Año: «La paso -confiesa en Semana- con mis padres, mis hijos y mi hermano». Pero no sólo María Vidaurreta reparte felicidad y buenos deseos desde el papel couché, en fechas tan señaladas, que en Semana les ha dado por obligarles a sonreír y arreglarse, para las fotos, a un montón de famosos.

La inefable Isabel Preysler abre fuego, con sus cinco hijos a cuestas, y una satisfacción personal: «Son -sonríe; ella no habla, ella sonríe- unas Navidades especiales porque son las primeras de Ana». Ana, que ya empieza a chapurrear, a la que pronto le saldrá un diente, es la pequeña Boyer, que no está todavía bautizada, según nos recuerda Jesus Mariñas, en Epoca (quien, por otra parte, le organiza los novios a Alicia Koplowitz).