Mis comentarios en TUENTI son fantásticos.

No nos dice Elsa si en el suyo, en el tímido pero conquistador Jorge Luis Borges Acevedo (su Georgie así también de las otras y por supuesto, de doña Leonor), como en Amiel, las mujeres buscaron -ella, no- lo femenino de Don Juan... Borges, personaje en su clase y sociedad; sus amigos en las letras, en su fervor de Buenos Aires; en la fama, en la polémica, en la historia argentina de su tiempo, entre sus mujeres; en los recovecos de su espíritu donde lecturas, pensamientos, emociones, impresiones, recuerdos e intuiciones se funden y remejen para revelar la obra genial. Borges, personaje de Elsa Cantó, no estatua coronada de gloria y exaltación sino -miseria y grandeza humana; cima y sima del artista- en claroscuro, a contraluz. Y con Elsa, personaje para nosotros por ello. Y como narradora, y como ensayista, que tal descubrirá, y de la mejor traza, quien desconozca su hazaña literaria anterior. 

Pienso que es éste el Borges más escueto y rico, a la vez, más preciso, y sin embargo, más necesariamente ambiguo de todas sus efigies bibliográficas. El seguramente hubiera añadido para frivolizar, como le gustaba, aquella anécdota que me contó hace veinte años en su despacho de la Biblioteca Nacional:«¡Borges, es usted un bluff!», le espetó un muchacho, que escapó corriendo. Hubiera querido detenerle y conversar. No pudo hacer otra cosa que gritarle:«¡Así será, pero involuntario; involuntario no más!».

(Pinchad sobre las fotos para verlas en grande)

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