Ahí está, como Dios manda!!

La guerra del Golfo fue un espectáculo donde se primó las maravillas de los ingenios tecnomilitares frente a las personas (los soldados de Irak sepultados vivos en las arenas del desierto es la cruel metáfora sobre el escamoteo de los cuerpos).

En el reñidero balcánico la guerra volvía a recuperar la añeja artesanía en las carnicerías militares y las imágenes de los cuerpos masacrados poblaron los discursos informativos: fosas comunes de ejecutados clandestinamente, ciudades asediadas hasta la extenuación (Vukovar, Osijek, Sarajevo, Dubrovnik, Gorazde), niños asesinados en sus escuelas, cadáveres anónimos abandonados, columnas de refugiados despavoridos, cuerpos desgarrados esparcidos por las aceras víctimas de un ataque con morteros mientras aguardaban en una cola o asistían al mercado de Alipasino Polje, entierros dispersados por francotiradores, campos de concentración con prisioneros famélicos y torturados.