Piratas informáticos
La séptima y última corrida de la feria de la Magdalena de Castellón se saldó ayer sin ningún trofeo debido al juego deslucido del ganado de Guadalest y también al fallo con los aceros de los diestros. Los ejemplares de Guadalest, aunque pelearon bien con los caballos, llegaron sosos, parados y deslucidos al último tercio. Espartaco, ovación y división de opiniones. Enrique Ponce, vuelta tras petición y silencio tras un aviso. Manuel Caballero, ovación y ovación. La plaza se llenó en tarde gris y plomiza.

En principio creó Dios los toros. Y miró su obra y vio que era hermosa y alabó su belleza. Y quedó contento. Démosles lugares donde apacienten y crezcan fuertes y se multipliquen, dijo. Y creó Iberia y le dotó de valles, ríos y praderas donde los toros pudieran apacentar y acrecentar su bravura. Y dijo Dios, démosles a estos animales un sentido en sus vidas y creó las plazas de toros, coliseos donde toda lucha y perfección es posible.
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