Recuerdos y material escolar.

«Sólo pretendía causar daño al entorno de ETA, cada vez más desenmascarado en HB» dijo Duce al fiscal, en una carta que le envió el pasado 23 de junio desde la cárcel. Ayer insistió: «Yo pretendía que el Gobierne no reanudara las segundas conversaciones en Argel (con ETA), porque para mí ese no era el camino: y la única manera de evitarlo era haciendo algo gordo». 

Duce declaró que se iba sensibilizando poco a poco en contra del terrorismo, hasta que con el atentado contra el cuartel de Zaragoza, «donde murieron seis niñas, me conciencié definitivamente y me di cuenta de que era un problema nuestro, que nadie iba a resolver». Por eso empezó a atentar contra algún ayuntamiento con presencia abertzale, que declaraban «hijos predilectos» a los etarras, «con petardos muy rudimentarios», también con el objetivo de que la sociedad perdiera el miedo a ETA. Pensó incluso . en viajar hasta Santo Domingo, para atentar contra los etarras deportados allí, pero vio que eso era imposible, 

Y pasó de esos «petardos rudimentarios» a acciones más contundentes, como el tiroteo que él y otra persona (según el fiscal, Sáenz de Ynestrillas), perpetraron en la noche del 20 de noviembre de 1989 contra los diputados y senadores de HB que al día siguiente iban a recoger sus credenciales en el Congreso y en el Senado. Aunque desde tiempo atrás le rondada «la idea de atentar contra la Mesa Nacional de HB, porque eso siempre lo tienes en la mente», a Duce no se le ocurrió ir al hotel Alcalá hasta que un policía le comentó una vez que los dirigentes de esta coalición abertzale vasca siempre que viajaban a Madrid se hospedaban en ese hotel, Duce relató cómo llevaron a cabo el atentado: fueron al hotel, localizaron a los parlamentarios, dispararon y huyeron.